En una audiencia pública del Senado, a la que Juntos por el Cambio no asistió, Daniel Scioli defendió hoy su pliego para volver a ser embajador de Brasil, luego de su fugaz paso como ministro de Desarrollo Productivo de la Nación.

La comisión de Acuerdos, que se reunió en el Salón Arturo Illia de la Cámara alta, dio así un paso formal hacia la designación por segunda vez del ex gobernador bonaerense como jefe diplomático argentino en el vecino país, principal socio comercial de Argentina.

Tras la intervención de Scioli, se pasó a la firma del dictamen y se anticipó que el oficialismo intentará aprobarlo en sesión la semana que viene.

Para aprobar el pliego no se requiere una mayoría especial de dos tercios, pero el Frente de Todos deberá asegurar el quórum, ya que no está garantizado que Juntos por el Cambio vaya a aportar en ese sentido.

La senadora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti resaltó que la embajada en Brasil "es una de las más importantes que tenemos, de acuerdo al intercambio comercial y siendo nuestro principal socio".

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Luego invitó al candidato a dar unas palabras sobre su reciente experiencia como embajador y "los nuevos objetivos".

Tras ello, Scioli contó sus vivencias en ese cargo, y destacó que su gestión en Brasil "estuvo marcada por el desafío de reconstruir relaciones institucionales y comerciales, que atravesaban el peor momento, de acuerdo a los especialistas, en décadas".

"Brasil había dejado de ser el primer socio comercial" en manos de China, subrayó, y resaltó que su principal desafío fue "darle a la embajada una fuerte impronta comercial y ejecutiva".

Relató entonces que "el déficit que Argentina tuvo con Brasil en los últimos 15 años fue de 52 mil millones de dólares. Esto marcaba prioridades en mi agenda que tenían que ver no con comprar menos a Brasil, sino con venderle más".

Contó que se reunió con empresarios, ministros y cada uno de los gobernadores de todos los estados de Brasil, conversaciones que a la postre determinaron que Argentina fuera "recuperando mercados y posicionamiento".

"Se generó una mística de comercio bilateral, exportación. Más allá de las diferencias ideológicas y políticas entre nuestros gobiernos, lo que busqué fueron puntos de encuentro e interés común”, aseguró, y ponderó que el año pasado el intercambio concluyó con superávit comercial para Argentina.

Scioli había abandonado el cargo de embajador en junio pasado para ponerse al frente del Ministerio de Desarrollo Productivo, luego que el presidente Alberto Fernández eyectara a Matías Kulfas.

Éste último había denunciado maniobras irregulares de funcionarios de La Cámpora en la obra del gasoducto Néstor Kirchner y relató su visión en un off con periodistas, lo cual provocó la ira de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

El jefe de Estado tomó partido por su vicepresidenta y echó a Kulfas, en lo que fue el primero de una serie de movimientos en el Gabinete económico que culminó con la entronización de Sergio Massa como ministro de Economía.

La cuestión es que Scioli no llegó a cumplir dos meses en la cartera de Desarrollo Productivo, luego de que en los primeros días de agosto, cuando el tigrense tomó control del Gabinete económico, ese ministerio quedó absorbido por Economía.

Así las cosas, y teniendo en cuenta la relación tirante y de rivalidad interna que históricamente mantiene con Massa, Scioli se alejó del Poder Ejecutivo y fue propuesto por Alberto Fernández para retornar a Brasil.

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La jefa del bloque de Unidad Ciudadana Juliana Di Tullio le agradeció a Scioli por su compromiso con el país en las distintas funciones que le han encomendado en cada momento, y lo catalogó como "un hombre de mucho volumen político".

Destacó que el exgobernador bonaerense "es candidato por segunda vez" porque "ha sido muy exitoso en su primera etapa", que se dio "en un momento extremadamente complejo para el mundo, nada cómodo para trabajar en términos de lo imprevisto de una pandemia".

La senadora kirchnerista destacó que la misión de Scioli en Brasil tuvo la complejidad de que el país vecino era (y es) conducido por "signos políticos con quienes no tenemos demasiado vínculo", en referencia a la presidencia de Jair Bolsonaro.

"Daniel ha sabido construir un vínculo muy interesante, saludable para los intereses de ambos países, pero sobre todo para que Argentina tenga en esta relación ganancias” con “una balanza comercial altamente satisfactoria para la Argentina", agregó.

El neuquino Oscar Parrilli (Unidad Ciudadana-Frente de Todos) también se sumó a la cadena de elogios: "No sos un embajador del canapé y el champagne, sino vas a ser nuevamente un embajador del trabajo y la integración".