Con el objetivo de “transparentar” y “agilizar” la Justicia, el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, motorizó una profunda reforma en el funcionamiento de la Suprema Corte de la provincia, que derivó en una ley que fue sancionada por ambas cámaras de la Legislatura.

Lo novedoso es cómo se llevó adelante la movida, a través del consenso entre referentes del peronismo y el radicalismo local, luego de la exposición en ese cuerpo de puntuales juristas y los propios jueces supremos.

La Corte está compuesta por siete magistrados, cuatro alineados con el radicalismo y los tres restantes con el peronismo. En ese contexto, el gobernador Suárez, de ascendencia radical, decidió avanzar en la reforma de marras, con polémica incluida.

En un principio, el mandatario buscó eliminar la Sala II de la Corte, de mayoría peronista, so pretexto de que había "forum shopping", ya que el 75% de las causas que ingresan anualmente al tribunal están destinados a ese cuerpo.

Inusual acuerdo entre peronistas y radicales en la reforma de la Suprema Corte de Mendoza

El peronismo salió al cruce de la avanzada, argumentando que se buscaba copar aquel tribunal. Ello derivó en el consenso mencionado, que derivó en la pertinente ley, que se aplicará de manera progresiva.LEER: “Estoy a un paso de la muerte”: el último mensaje de Facebook de la chica que murió en Mendoza

A tal respecto, por un año se mantendrán las salas especializadas y los sorteos se realizarán con las causas “contenciosas-administrativas”, al menos por ahora. A su vez, en el resto de los fueros el sorteo comenzará a darse el 1 de julio de 2023, previa decisión del pleno del máximo tribunal.

Si no lograran llegar a un acuerdo, el cambio se instrumentará a partir del 1 de diciembre. Otra cuesión indica que todas las acciones de inconstitucionalidad se elevarán a fallo plenario.

Asimismo, la ley establece que la elección del presidente de la Corte, quien tendrá participación activa en las causas, se hará con una primera votación, con mayoría de 5 a 2.

Si no se llegara a un acuerdo, habrá una segunda votación similar. Si no se llegara a una resolución, la votación será por mayoría simple. Se elegirán dos vicepresidentes por mayoría simple; o sea, 4 a 3, excluyendo de esa instancia al presidente elegido, a menos que se produzca un empate.

Finalmente, en el caso del llamado a plenario, sólo bastará con el acuerdo de dos de los tres supremos sorteados.

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