Choferes de micros de la industria del turismo iniciaron hoy una negociación con el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, y acordaron levantar en las próximas horas el bloqueo que venían realizando desde hacía más de dos días en la Avenida 9 de Julio.

Los dueños y choferes de los micros llevaban hasta este jueves por la noche casi 60 horas de protesta y habían pasado dos noches apostados sobre la principal arteria de la Ciudad de Buenos Aires con sus vehículos ubicados allí y complicando el tránsito.

Los manifestabtes reclaman que se les permita retomar su actividad, afectada por las recientes restricciones vigentes en el marco de la segunda ola de la pandemia y ayuda económica del Estado para atravesar esta situación.

Este jueves se realizó una reunión con el ministro Alexis Guerrera y funcionarios de la carteras de Transporte y la de Turismo y se acordó para la semana próxima un nuevo encuentro para comenzar a negociar algún tipo de auxilio financiero para el sector, en tanto que los choferes accedieron a levantar el bloqueo tras consultarlo en una asamblea.

La principal vía que sondea el Gobierno es una gestión ante el Banco Nación para otorgarles créditos a tasa subsidiada, mientras que también se podría impulsar un proyecto para posponer por dos años el vencimiento de la vida útil de los micros, lo cual llevaría alivio a los bolsillos de los choferes y dueños.

El bloqueo de la 9 de Julio por momentos fue total y en otros liberaron algunos de los carriles para acceder a la avenida desde la Autopista 25 de Mayo, pero los congestionamientos en la zona fueron constantes durante estos días.

Venían reclamando contra las restricciones sobre la  actividad turística y consideran que son uno de los sectores  más afectados por las últimas medidas adoptadas para intentar contener la suba de casos de Covid-19.

Estos manifestantes ya habían protestado el 13 de abril pasado en el mismo lugar para reclamar medidas que les permitieran volver a realizar viajes de turismo interno.

Señalan que "la situación del sector es desesperante" tras haber pasado "11 meses sin trabajar", y que luego de dos meses de actividad limitada regresaron sus dificultades por las restricciones tras la suba de casos por la segunda ola del Covid-19.

"El capital que está parado es muy grande y mantenerlo es mucho más, los gastos que tenemos de impuestos, tasas con la CNRT, guarderías, vencimiento de registros de conducir, que sale 7000 pesos. A pesar de no estar trabajando, seguimos pagando absolutamente todo", se quejó uno de los conductores de
micros.