Tras un fugaz viaje de poco más de 30 horas a Alemania, el presidente Alberto Fernández regresó a la Argentina y tenía previsto seguir de cerca la situación de la economía local desde la Quinta de Olivos, sin actividades oficiales en la agenda.

El jefe de Estado y su comitiva, que incluyó al canciller Santiago Cafiero y al presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, entre otros, arribaron al aeropuerto internacional de Ezeiza pasadas las 8 de este martes, tras 14 horas en un vuelo con momentos de leve turbulencia debido a las condiciones climáticas de Múnich.

La última actividad que tuvo el Presidente antes de partir fue la cena oficial para mandatarios que ofreció Alemania en el Castillo Elmau, ubicado a 100 kilómetros de Múnich, donde tuvo lugar la Cumbre del G7.

Allí, según supo NA de fuentes oficiales, Fernández tuvo una larga charla con su par de Francia, Emmanuel Macron, con quien mantiene una buena relación y ya ha compartido varios encuentros en los últimos meses.

Hablaron de todos los temas de la agenda en común y la charla derivó en el principal tópico de conversación mundial: la guerra entre Rusia y Ucrania.

A ese diálogo informal se sumaron luego el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, y el canciller alemán, Olaf Scholz, pudo reconstruir esta agencia.

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"Hay preocupación, los líderes del G7 no ven salida a la guerra, piensan que esto se va a extender y que no para pronto", indicaron fuentes que participaron de la Cumbre. 

Esa preocupación de los miembros del G7 (Alemania, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Canadá, Japón e Italia) es compartida por el Gobierno argentino, que no observa una salida rápida a la guerra, pero insiste con su postura de propiciar el diálogo entre las partes.

Durante la noche, Fernández también habló con Blinken de la visita que el 25 de julio realizará a los Estados Unidos para mantener una reunión bilateral con su par Joe Biden.

El funcionario norteamericano le transmitió al Presidente que ya estaba casi todo listo para su visita y que la idea es "ordenar la agenda para avanzar en cosas concretas" durante su estadía en Washington.

En tanto, Fernández siguió durante la cena con la charla que había mantenido durante la tarde con el primer ministro de Italia, Mario Draghi, una de las varias bilaterales que tuvo durante su paso por Múnich.

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También tuvo tiempo para dialogar con la primera dama de Francia, Brigitte Macron, sobre su pareja, Fabiola Yañez, y su hijo Francisco, nacido el pasado 11 de abril.

Con quien no volvió a cruzarse por la noche fue con el primer ministro del Reino Unido, luego de la tensa reunión bilateral de la tarde, en la que el tema de la soberanía de las Islas Malvinas estuvo en el centro de la escena.

"Fue muy fuerte lo de Johnson", afirmaron en el entorno presidencial, tras el reclamo al diálogo cara a cara que le hizo Fernández al líder británico.