La Cámara Federal de Casación le rechazó a la defensa de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, un “recurso extraordinario” para intentar en la Corte Suprema el apartamiento de los jueces Mariano Borinsky y Gustavo Hornos y del fiscal Raúl Pleé en la revisión de su condena por la denominada Causa Vialidad.

Los propios jueces Hornos y Borinsky desestimaron una apelación de los abogados Alberto Beraldi y Ary Llernovoy  contra sendos rechazos de sus propias recusaciones.

Hornos y Borinsky integran el tribunal de Casación que está llamado a revisar la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua dictada a fines del año pasado por un tribunal oral federal contra la vicepresidenta y otros ex funcionarios y empresarios imputados.

Cristina Kirchner recusó a Hornos y Borinsky por temor de parcialidad a raíz de sus visitas al ex presidente Mauricio Macri en la Quinta de Olivos y en la Casa Rosada, y al fiscal Pleé porque fue directivo de Boca Juniors cuando Macri encabezaba la comisión directiva.

Los propios jueces recusados desestimaron todas las apelaciones, incluida esta última, en la que hoy resolvieron declarar “inadmisible”  el recurso para llegar a la Corte.

LEÉ: Rodríguez Larreta, sobre Massa: "La vida política y sus decisiones nos separaron”

“Es requisito para acceder a la competencia extraordinaria intentada que el recurrente refute todos y cada uno de los fundamentos que dieron sustento a la decisión apelada, como así también que demuestre que la resolución que impugna sea contraria a los derechos federales invocados como fundamento de la pretensión extraordinaria interpuesta”, sostuvieron Hornos, Borinsky y Diego Barroetaveña, quien completa el tribunal.

Esos requisitos “no están verificados” en el recurso de la vicepresidenta.

“A pesar de su invocación, no se advierte que la sustancia de los planteos en que el impugnante funda su recurso implique el debate de una cuestión federal debidamente fundada”, resumió el fallo.

A Cristina Kirchner sólo le queda la posibilidad de un recurso directo o de “queja” para intentar que la Corte revise sus planteos de recusación.