El gobierno de Nicolás Maduro le quitó la autorización a Brasil para custodiar la embajada argentina en Caracas y ahora las autoridades nacionales temen por la suerte que puedan correr los dirigentes que se encuentran refugiados allí.

Las fuerzas de seguridad de Venezuela rodearon anoche la residencia argentina en Caracas, donde siguen asilados seis dirigentes opositores a Nicolás Maduro, tras asegurar que le quitaron a Brasil la autorización para custodiar la dependencia oficial de la Argentina.

La embajada y la residencia están sin representación argentina desde que los diplomáticos que trabajaban ahí tuvieron que dejar el país en agosto por disposición del Gobierno venezolano. Desde entonces, Brasil se había hecho cargo de la seguridad del edificio y del cuidado de los dirigentes que responden a María Corina Machado.

Pedro Urruchurtu, coordinador internacional del partido Vente Venezuela (VV) y uno de los refugiados, denunció la situación a través de su cuenta en la red social X.

“Patrullas del SEBIN y del DAET, junto a funcionarios encapuchados y armados, rodean y asedian la Residencia de Argentina en Caracas”, señaló Urruchurtu, quien se encuentra bajo protección del gobierno argentino.

El régimen también cortó el suministro eléctrico de la sede diplomática, según denunció Omar González Moreno, miembro de la dirección nacional del partido de Machado.

“Le cortaron el servicio eléctrico a la embajada argentina en Caracas, que en estos momentos está asediada por agentes del SEBIN y demás cuerpos de seguridad del estado”, expresó el dirigente venezolano en su cuenta en X.

Además de Urruchurtu, también se encuentran Magalli Meda, quien fue la jefa de campaña para las presidenciales; Claudia Macero, coordinadora de Comunicaciones de VV; Omar González, ex diputado; Humberto Villalobos, coordinador electoral del Comando de Campaña de VV, y el ex ministro Fernando Martínez Mottola, asesor de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el principal bloque opositor.

Los seis opositores se refugiaron luego de que la Fiscalía de la dictadura los acusara de varios delitos, como conspiración y traición a la patria, entre otros.

El asedio a la embajada ocurre poco después de que la Cancillería de Argentina instara a la Corte Penal Internacional (CPI) a emitir una orden de detención contra Maduro y “otros cabecillas del régimen”, tras los comicios presidenciales del 28 de julio.