Brasil te digo que se siente
Ari Paluch, conductor de El Exprimidor de AM 550, se refirió al reñido final electivo en Brasil donde Lula Da Silva se aseguró por tercera vez la presidencia.
Pongo el domingo a las 5 de la tarde la cadena O globo en mi televisor, estoy ansioso por conocer los primeros resultados del escrutinio del segundo turno electoral, estoy acostumbrado a que a esa hora cuando se vota en Argentina, la gente todavía este haciendo cola y nosotros los periodistas hagamos sarasa con los malolientes boca de urna y las famosos "me dicen".
Como diría el tan mentado asesor de Bill Clinton, el siempre mencionado James Carville, "es el voto electrónico estúpido. No hay voto calesita ni boletas truchas, bah ni boletas".
El contraste con lo que sucede en Brasil es impactante, por aquellas raras cosas de los idiomas, lo que en castellano decimos escrutadas en portugués se dice apuradas. Cual relojito de taxi acelerado, las urnas parecen realmente apuradas. Para nuestro ritmo de contabilización que en ocasiones no difunde los primeros datos oficiales hasta las 9 de la noche, lo que sucede en Brasil es avasallante.
A diferencia de las coberturas televisivas nuestras, no hay "minutos basura" ni "tiempos muertos". Sin necesidad de grandes mesas ni colegas que deban hacer coberturas heroicas hasta pasada la medianoche, sin especulaciones infinitas y sin estar pendientes de una mesa en la calle Necochea, los resultados se van conociendo a una velocidad digna de Emerson Fittipaldi y Ayrton Sena.
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Por poca diferencia de porcentaje, Lula volvió a ser presidente de Brasil. NA: REUTERS/Carla CarnielA las 18:44 la paridad parece ser absoluta, Lula gana con el 50,01 contra el 49,99 de Bolsonaro. Ocho minutos después empieza a ampliarse leve pero sostenidamente la diferencia a favor de Lula, con 77,85 por ciento de las urnas contabilizadas, el match se pone 50,13 a 49,87. La tendencia parece inexorable, del margen del 0,36 ,los guarismos que marcan el regreso del ganador al poder, se hacen cada vez mas visibles ,de 0,36 a 0,58,de ahí a 0,7,ya con el 88% del total asoma el punto de diferencia.
No parece haber maldad ni picardías en la carga geográfica de los votos, Lula termina ganando por unos dos millones de votos en las elecciones mas cerradas en la historia electoral del país,, que registraba como antecedente de paridad más extrema una victoria por tres millones y medio de sufragios.
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Cuando falta contabilizar poco mas del 9% de las urnas y diez minutos para las 8 de la noche, las cifras se ponen 50,80/49,20, Data Folha no muy audazmente proyecta victoria del líder del PT. Si bien Bolsonaro gana en 13 de 25 estados y Lula en 12,la diferencia pasa por el Nordeste de Brasil, ahí Bolsonaro es mala palabra, en alguno de estos rincones de la nación profunda ,el actual presidente no llega al 30% de los sufragios. Por la noche la multitud amuchada en la costa de Salvador Bahía, explica mucho de aquello que señala que en el nordeste Lula es uno de los nuestros.
El ganador poco antes de las 8 de la noche sale de su casa, se sube a una camioneta negra y enfila al hotel Intercontinental, a lo largo del camino de una ciudad que le dio la espalda, algunos lo saludan de frente. La avenida Paulista que había sido cerrada para que los adoradores del triunfador festejen, empieza a llenarse, la vista desde los helicópteros luce magnífica.
Lula recibe de su pareja Janja, militante del PT desde 1983, socióloga y veinte años menos que el, las hojas con el discurso triunfal, Lula dice en chiste que para parecer un intelectual se pondrá anteojos y que su compañera irá pasando las páginas.
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En realidad el que pretende pasar página es el, quien le habla a los que no lo votaron y también a un adversario al que no nombra .El hasta hace poco ex presidente presidiario es ahora un presidente electo libre, no solo de las rejas también por sus palabras, libre de rencor y ansias de revanchismo. Acaba de frustrar por primera vez desde 1985 la reelección de un presidente en ejercicio que se nomina a un segundo periodo.
Por un lado rompe tradiciones electorales por el otro las conserva ,desde la vuelta a la democracia, ningún candidato que sale segundo en primera vuelta gana en segunda. Por otra parte se acababa de convertir en el primer mandatario mas veterano en ser elegido en su país, asumirá con el pan dulce sin digerir, el próximo primero de Enero con 77 años. Nunca antes nadie había sido elegido para presidir Brasil en tres ocasiones por la vía electoral. Recordemos que por años su karma al estilo Balbin o Filmus era el de perder elecciones.
Lula empieza su alocución y destaca la proeza de su resurgimiento, asegura que lo habían enterrado, a unos kilómetros de distancia, Jair Bolsonaro muy apenado y recluido, pide lo mismo, que la tierra lo trague esta vez a el. Al estilo Donald Trump y Cristina, no concede la victoria. Al enemigo ni nobleza.