Las relaciones carnales inauguradas por el régimen bolivariano de Nicolás Maduro con los iraníes tras el estallido de la guerra en Europa, por la agresión de la Federación de Rusia a Ucrania que cambió la geopolítica internacional, poseen consecuencias inmediatas en la región latinoamericana. Esto es por la influencia decisiva que están dispuestos a esparcir los miembros de la inteligencia venezolana-cubana-iraní para facilitar intercambios comerciales que permitan evadir las sanciones impuestas por los Estados Unidos a las empresas consideradas integrantes de elencos terroristas y realizar todo tipo de transferencias de conocimientos que ayuden a Irán a desarrollar su industria bélica y atómica.

El periplo de uno de los aviones más rechazados en la historia de la aviación no hace más que sumar abono a todas estas especulaciones que pondrían a la publicitada visita del Presidente Alberto Fernández a la ciudad de Washington D.C. para entrevistarse con su par, el Presidente estadounidense, Joe Biden, a fines de este mes, bajo un manto de duda.

La crisis por el vuelo de la empresa Emtrasur que realizó el vuelo desde Querétaro, México a Buenos Aires, va agregando escalas por varias ciudades de América del Sur que  han generado muchos reportes de inteligencia que, en principio, fueron remitidos a las autoridades de la AFI, Agencia Federal de Inteligencia, que conduce Agustín Rossi. Esta última, al comienzo de la crisis, insistía con la idea de un avión escuela tripulado por cinco iraníes y con 14 venezolanos aprendices.

Lo que se conoce formalmente es que se trataba de traer a Buenos Aires repuestos automotores. Esto fue ratificado por la compañía autopartista SAS Automotriz, que es parte del grupo francés Faurecia y que afirmó a través de una declaración de prensa que se contrató el avión para “el transporte de componentes destinados a la producción de paneles de instrumento y asientos para el modelo Taos de Volkswagen, provenientes de la ciudad de Querétaro, México”.

Los repuestos para el modelo automotor pesaban poco más de 45 toneladas en un avión que puede cargar 80 toneladas y fue contratado por una compañía española que conduce Juan Manuel Bataller Rosa que posee varias firmas pero de diferentes rubros al logístico. Por lo que muchos investigadores comienzan a pensar en lavado de activos.

A pesar de las formalidades de la hoja de ruta del vuelo, la fiscal del caso, Cecilia Incardona, comenzó a investigar al piloto del avión venezolano varado en el aeropuerto internacional de Ezeiza, Gholamreza Ghasemi, por sospechas de terrorismo. NA informó que la Justicia Federal tiene puesto el foco principal en el copiloto, también iraní, porque duda de la identificación con la que se presenta, además de analizar documentación del resto de la tripulación que podría estar relacionada con la Fuerza Quds, brazo paramilitar de la Guardia Revolucionaria Iraní (CGRI), responsable de llevar adelante el programa atómico y misilístico de Teherán.

La facilidad con la que el avión sospechado y su tripulación se movieron por el espacio aéreo nacional desde el comienzo de esta crisis diplomática y de inteligencia que también involucra a la delegada personal de Nicolás Maduro y actual encargada de negocios de la embajada chavista en Buenos Aires, Stella Lugo Betancourt, llevó a que el reemplazante de Cristina Caamaño en la AFI, Agustín Rossi, elevara un informe secreto a la Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso. Allí, afirmó que su organismo se anotició el 6 de junio por alertas internacionales de la llegada del  avión venezolano-iraní y dejo de afirmar lo que sostenía públicamente acerca de un vuelo de instrucción para pilotos nóveles.

Según se reveló, la reunión de la Comisión parlamentaria fue un encuentro turbulento con insultos y acusaciones cruzadas entre los integrantes  de la mayoría kirchnerista presidida por el expulsado del radicalismo Leopoldo Moreau e integrado por dirigentes del  PRO como Cristian Ritondo o Gerardo Milman que desde los primeros días de julio está sumando informes a la causa judicial cuya instrucción pertenece al juez federal Federico Villena.

EL AVIÓN FANTASMA QUE RECORRE LA REGIÓN

Al final parece que muchos funcionarios latinoamericanos sabían de la presencia de iraníes sospechosos por el Caribe y el Cono Sur. La fuerte presión de la dirigencia de Washington ha posibilitado que aparezcan informes que alertaban de la situación y hasta, altos  funcionarios sudamericanos, que buscan desligarse de responsabilidades y que expresan, a quien quiera oírles, que ellos avisaron.

A la larga lista de países a los que la aeronave Boeing 747 Dreamliner de Emtrasur, cuyos espacios aéreos intentó ingresar y aquellos en los que logró tocar tierra, se acaba de sumar Ecuador.

Mientras que el avión carguero continúa varado en Ezeiza, Juan Carlos Holguín, canciller ecuatoriano, reveló, recientemente, que algunos de los tripulantes pasaron antes del 6 de Junio por su país y afirmó que su gobierno está llevando adelante una investigación para comprender la naturaleza de “los negocios” que realizaron en su tierra.

En declaraciones a Infobae, Olguín explicó: “Sobre la situación del avión iraní que aterrizó en Argentina, nosotros hemos hecho una investigación, no solamente respecto a la aeronave, sino también a la tripulación. Parte de la tripulación estuvo en el Ecuador en el pasado. No puedo dar más detalles porque hay en marcha un proceso de investigación de nuestros servicios de inteligencia, pero tenemos mucha preocupación de los avances que existen en la investigación, sobre todo relacionados a los sistemas de inteligencia de Argentina, de Paraguay, entre otros".

Paraguay,  a través de su  comunidad  de inteligencia, había avisado a sus pares de Argentina. En principio, las sospechas del gobierno de Asunción se debieron a la carga denunciada por los responsables del vuelo. Tabaco para Aruba. El periplo siguió en México al cargar repuestos para automóviles para Argentina y el escándalo se develó cuando el gobierno de Uruguay le negó el acceso a su aeropuerto en Montevideo. Carentes de combustible, los integrantes del vuelo, debieron volver a Ezeiza donde quedaron varados bajo investigación judicial.

Desde entonces las revelaciones se asemejan a hechos de ficción fílmica. “Imagínense, parece de película” expresó el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, al explicar que uno de los tripulantes se cambió la cara en Cuba. Benítez ratificó en público lo que muchos investigadores vienen sosteniendo en privado. La tripulación del vuelo errante tiene nexos con el terrorismo internacional.

Para el analista Daniel Romero de la agencia Total News, “...desde el 23 de junio afirmamos que el miembro de Al Quds es el supuesto copiloto Mohammad Khosraviaragh, aunque días antes ya mencionábamos a Khosraviarag como un especialista en “enmascaramiento” y miembro fundamental de la operación de ciber inteligencia que despliega Irán y Venezuela en la región”.

Estas presunciones parecen tomar cuerpo por los informes presentados por legisladores de la oposición. El citado Gerardo Milman y Ricardo López Murphy afirmaron que nueve días antes que aterrice en el país el vuelo venezolano-iraní, las agencias de inteligencia  de Brasil y  Turquía, habían alertado por razones de seguridad a sus pares de Argentina sobre las sospechosas actividades del avión de carga.

Según los diputados nacionales, la administración de Alberto Fernández sabía lo que sucedía e ignoraron las advertencias no sólo de Brasilia y Ankara sino también de agencias de Israel, Paraguay y los Estados Unidos.

El escándalo comienza a hacer ruido en Washington D.C. que podría poner reparos al encuentro esperado por Alberto Fernández con Joe Biden.