Nicolás Gabriel Carrizo, el denominado “jefe de la banda de los copitos” y la joven Agustina Díaz apelaron sus procesamientos de ser partícipes en el atentado a la vicepresidenta Cristina Kirchner el 1º de septiembre pasado.

Ambos acusados, quienes incluso están con prisión preventiva, apelaron el procesamiento que la semana pasada impuso la jueza federal María Eugenia Capuchetti.

Ahora será la Cámara Federal la que determine si confirma o no esas acusaciones, donde concretamente, se les imputa ser “cómplices” a ambos del tirador Fernando Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte.

Para la jueza, quedó ”demarcada la intención previa, preordenada y directa que han tenido los imputados de acabar con la vida de la víctima". 

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Carrizo es el dueño de la máquina de hacer copos de azúcar, con la cual trabajaban Sabag Montiel y su novia Por eso el apodo de “jefe de la banda de los copitos”. En tanto, Agustina Díaz es una joven de 21 años amiga de Brenda Uliarte.

Ambos acusados tuvieron justamente comunicaciones que quedaron registradas con Brenda Uliarte posterior al fallido atentado, donde demostraban tener conocimiento del hecho.

Incluso Carrizo hablando con otra persona dijo que ofreció un arma calibre 22 pero la misma nunca apareció pues en el atentado se constató que se usó un revolver calibre 32.

El "suceso contó con la participación de Agustina Mariel Díaz y Nicolás Gabriel Carrizo, quienes deben responder como partícipes secundarios. Ambos conformaron junto a Sabag Montiel y Uliarte el acuerdo premeditado para darle muerte a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner”, según el procesamiento de la jueza con prisión preventiva.