Aunque la adhesión de la Argentina al principio de "una sola China" es ya una política de Estado, la historia de cómo se llegó a esa posición diplomática y el actual vínculo con Taiwán no son muy conocidos. La reciente visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán generó una escalada en la tensión entre la Casa Blanca y China y la Argentina no estuvo ajena.

"Hace 50 años que la Argentina reconoce el principio de integridad territorial de China, el principio de una sola China", remarcó el canciller, Santiago Cafiero, días atrás.

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La fecha aludida por el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto es el 16 de febrero de 1972, cuando en la ciudad rumana de Bucarest se rubricó el "Comunicado conjunto de establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República Popular China": con la firma de este acuerdo, la Casa Rosada formalizó a la China continental como la "única China" y así dejó de reconocer a Taiwán, que oficialmente se define como República de China.

Argentina y Taiwán, historia de un vínculo a la sombra de la China comunista

Luego de que en 1949 Mao Tse Tung fundara la República Popular China, el nacionalista Chiang Kai-shek, líder del Kuomintang, se refugió en el archipiélago de Taiwán, lo que originó la división de China. Durante varios años, la mayoría de los países consideró al régimen de Mao como un Gobierno ilegítimo, por lo que se mantenía el reconocimiento a la República de China (Taiwán).

Sin embargo, en 1971 la ONU aprobó la Resolución 2758, por medio de la cual se reconocía a la República Popular China como "el único representante legítimo de China ante las Naciones Unidas". Ese punto fue clave para que el mundo fuera inclinándose hacia el reconocimiento de la China de Mao como la única, aislando así a Taiwán poco a poco.

Argentina y Taiwán, historia de un vínculo a la sombra de la China comunista

La mayoría de los escasos países que aún reconoce formalmente a la República de China (Taiwán) se encuentran en América Latina, principalmente en Centroamérica: Belice, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.

Argentina y Taiwán, historia de un vínculo a la sombra de la China comunista

La autorización para negociar el reconocimiento argentino al Gobierno de Beijing se dio el 7 de febrero de 1972, cuando el país estaba gobernado por el dictador Alejandro Lanusse, quien deseaba que culminara el proceso diplomático antes de que el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, aterrizara el 21 de ese mes en el gigante asiático para una histórica visita con la que buscaba restarle aliados a la Unión Soviética en plena Guerra Fría.

La elección de Bucarest como sede para las conversaciones con los representantes de la China comunista se debió a que Rumania tenía "excelentes relaciones con Beijing", recordó hace algunos años el embajador Vicente Berasategui, quien fue miembro de la delegación que negoció la normalización de las relaciones con la República Popular China.

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"Si surgía algún problema en el proceso de contactos y negociación con China, Rumania podía ejercer influencia sobre la parte china para superar cualquier dificultad. Nosotros teníamos muy buenas relaciones con Bucarest", añadió el diplomático en una entrevista brindada en 2015 a la revista Temas y Debates, de la Universidad Nacional de Rosario.

Cuando se rubrica el comunicado el 19 de febrero de 1972, las relaciones entre la Argentina y la República de China (Taiwán) se interrumpieron: inmediatamente, las autoridades del archipiélago asiático ordenaron el cierre de su embajada en Buenos Aires.

Sin embargo, pocos meses después, en enero de 1973, se restableció el vínculo a través de la creación de la Oficina Comercial de Taiwán, que desde enero de 1996, cambió su nombre a Oficina Comercial y Cultural de Taipei. Por su parte, en julio de 1992, el entonces Gobierno argentino, a cargo del riojano Carlos Saúl Menem, estableció en Taipei la Oficina Comercial y Cultural de Argentina en Taiwán.

Pese a que oficialmente la Argentina reconoce a la República Popular China y apoya el principio de "una sola China", mantiene un fluido intercambio comercial con el archipiélago asiático: en 2021, el intercambio comercial con Taiwán ascendió a 859,45 millones de dólares, con una balanza favorable a Tapiei por 186,01 millones, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

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Los principales productos enviados hacia Taiwán fueron maíz en grano, cueros y pieles de bovino y mozzarella; mientras que desde el país asiático vinieron dispositivos electrónicos, como placas de memoria.

De todos modos, esas cifras están muy lejos del flujo comercial con la República Popular China, que el año pasado fue de 19.681 millones de dólares (con un rojo de 7.369 millones).

La representación diplomática de Taiwán en Buenos Aires se encarga tanto de potenciar el vínculo comercial como también el cultural, ya que se estima que en la Argentina viven alrededor de 4 mil taiwaneses. La mayor parte de la inmigración proveniente de la República de China se concretó a comienzos de 1980, cuando cientos de familias completas arribaron al país ante el temor de una posible invasión de la China continental al archipiélago.