El gobierno de Jair Bolsonaro anunció por Twitter, el 16 de enero de 2020, su insatisfacción con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) integrada, hasta entonces, por 33 naciones del continente americano. Ernesto Araujo, ex canciller brasilero, mostró su desprecio por la institución creada el 3 de diciembre de 2011 para avanzar en la unidad e integración económica y política entre los estados de América Latina.

Precisamente, fue el ítem político el que generó que el gigante de Sudamérica se retirara de la institución. Ernesto Araújo explicó en redes, la CELAC no venía teniendo resultados en la defensa de la democracia en la región; al contrario, daba su  escenario para regímenes no democráticos como Venezuela, Cuba, Nicaragua”, enumeró el entonces jefe de Itamaraty.

El actual contexto de crisis regional no parece haber cambiado las condiciones para revitalizar una adormecida CELAC. A los conflictos reñidos con las instituciones democráticas y con las políticas de derechos humanos que se han profundizado en los tres países citados por Araujo hay que inscribir la violencia callejera en Chile y en Colombia, el asesinato del presidente de Haití, y la conflictiva asunción del nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo. Y, por último pero no menos importante, el impacto negativo en vidas humanas y en performance económica de los países al sur del río Bravo, que ha producido la pandemia de coronavirus que ubican a la región como una de las más afectadas a nivel mundial.

En ese escenario, los funcionarios  del Palacio San Martín, sede de la Cancillería Nacional, han reunido voluntades para que la Argentina presida la CELAC a partir del año 2022 en sintonía y bajo la supervisión de los planes generados en el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su influyente secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

Aquellos que buscan cambiar el mundo

La locuacidad del Presidente argentino muchas veces lo llevan a la exagerada ponderación. Sabido es su admiración por las figuras políticas del brasileño “Lula” Da Silva o por el mexicano AMLO. Al compartir una teleconferencia con el ex mandatario de Brasil, el 26 de junio de 2020, remarcó sus diferencias con la mayoría de sus pares de la región, entre los que pueden anotarse Jair Bolsonaro de Brasil; Sebastián Piñera de Chile; Iván Duque Márquez de Colombia o  Luis Lacalle Pou de Uruguay, entre otros, al considerar que sólo él y el mexicano AMLO buscan “cambiar el mundo”.

La hipérbole no terminó allí sino que, además, lamentó que ya no estén gobernando “Lula”, “Pepe” Mujica, Tabaré Vázquez, Evo Morales, Rafael Correa, Fernando Lugo, Michelle Bachelet y Hugo Chávez como representantes de aquellos dirigentes que querían cambiar las reglas del mundo.

A pesar de las deserciones de muchos de esos dirigentes de centro izquierda, al Presidente Fernández se le abren las puertas de una institución desde donde generar alianzas regionales que le permitan, a sus países integrantes, un despliegue comercial y diplomático que deje de mirar hacia los Estados Unidos como principal socio y pueda girar su mirada hacia la zona de Asia-Pacífico.

El ingreso a la presidencia pro témpore de la CELAC de la Argentina posibilitará que se active un organismo que hasta el momento lucía casi irrelevante en particular desde la partida de Brasil.

Para darle relevancia se imitará el estilo de la Unión Europea (UE) según ha expresado recientemente AMLO al dejar inaugurada la conferencia de cancilleres de la CELAC ,el pasado 24 de julio, “la propuesta es, ni más ni menos, construir algo semejante a la UE, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades: en ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia", dijo el jefe de Estado mexicano en un discurso pronunciado en el patio central del histórico castillo de Chapultepec.

Las coincidencias de los mexicanos con la diplomacia del gobierno de los Fernández se extienden hacia la desconfianza que comparten acerca del funcionamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA) a la que consideran sujetas a las decisiones de Washington.

Sin embargo, esta posición difícilmente atraerá la atención del gobierno brasileño de Jair Bolsonaro por lo que cerca del Presidente Alberto Fernández, sus voceros de confianza explicaron a NA, “el Brasil de Bolsonaro es un caso perdido para esta política de inserción con el mundo. Estamos esperando que “Lula” vuelva al poder para que traiga a Brasil a la CELAC y el primer paso que daremos en la integración regional, utilizando este organismo, es invitar al flamante gobierno peruano de Pedro Castillo a sumarse a nuestro proyecto de integración”.

El presidente argentino no sólo busca el apoyo de Castillo sino que intentará conseguir el del mandatario colombiano Iván Duque Márquez. Los pedidos de apoyo se ven reforzados, además, por la prédica del canciller mexicano, Marcelo Ebrard quien suele dar explicaciones acerca del futuro de la CELAC teniendo en cuenta la titularidad pro témpore de su país en la actualidad.

Para el diplomático azteca, China domina el 12,2 % del mercado de exportación y servicios a nivel mundial, EEUU solo lo hace en el 9,5%; una tendencia que señala que a mitad de siglo, la potencia asiática tendría el dominio del 64,8%  del mercado mundial y EEUU, el 10%.

AMLO subrayó ante los cancilleres latinoamericanos que el camino de la integración es impostergable, “pensamos que lo mejor sería fortalecernos económica y comercialmente en América del Norte y en todo el continente; además, no veo otra salida; no podemos cerrar nuestras economías ni apostar a la aplicación de aranceles a países exportadores del mundo, y mucho menos debemos declarar la guerra comercial a nadie”, señaló.

El análisis convoca a la unión de intereses económicos de las naciones miembro de la CELAC y, por ese motivo, la agenda con la que se trabajará en la Cumbre presencial de Jefes de Estado del mes de septiembre próximo, no sólo incluirá la elección de la Argentina como titular del organismo sino que comenzará por analizar la experiencia de la pandemia en la región y la marcha de la vacunación en los países latinoamericanos.

Este enfoque  inicial tiene como objetivo dejar de lado los planteos señalados por la existencia de regímenes no democráticos como los de Venezuela, Cuba o Nicaragua y la postergación de la condena a los dictámenes que suele emitir sobre esos países la Organización de Estados Americanos.

Tras la elección, el siguiente paso será trabajar una “agenda positiva”, focalizada en la economía sustentable, el medio ambiente y en la posibilidad de negociar en bloque a escala global. Cuestión que deberá incluir la posibilidad que Brasil vuelva a formar parte de la CELAC. Para que ello suceda debería existir un cambio de orientación política en el Palacio de Planalto, sede del gobierno brasileño, que permitiría que la CELAC recupere la credibilidad perdida en el 2020.