Amnistía Internacional Argentina analizó los primeros 100 días del gobierno de Milei
En el informe se resaltaron los “conflictos sociales”, el “odio como regla” y los “sectores castigados” como focos fundamentales del primer trimestre del mandato.
Este martes 19 de marzo se cumplen 100 días del gobierno de Javier Milei y la sede argentina de Amnistía Internacional analizó los puntos fundamentales de los primeros meses de su mandato.
El informe publicado tiene tres ítems en donde se resaltan los principales ejes en los que basó su accionar como presidente de la Nación: “la confrontación y el odio como regla”, “los jubilados, un sector castigado” y la “administración del conflicto social”.
La directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, aseveró que “pese al poco tiempo transcurrido, advertimos con preocupación el impacto profundo que han tenido algunas medidas que se han tomado en la vida y los derechos de las personas”.
Con respecto a utilizar la confrontación y el odio como regla, Amnistía Internacional entiende que el uso del término “casta” o “los mismos de siempre” generan “expresiones que incluyen discursos e insultos que incitan a la agresión y que fomentan la dinámica ‘amigo-enemigo’”.
Según Belski, la red social X “se convirtió en la herramienta preferida” de Milei donde se realizan “señalamientos” (como en el caso de los legisladores que votaron en contra del DNU) y “acusaciones”.
Por otra parte, de este análisis se desprende que “los jubilados no son ni un sector ni un segmento etario” sino que durante los últimos tres meses puntualmente “han perdido capacidad de compra, tranquilidad y dignidad”.
Según el Gobierno Nacional, los jubilados, con el tiempo, van a lograr ganarle a la inflación, sin embargo, Amnistía considera que “las fórmulas actuales propuestas no explicitan cómo irían paulatinamente aumentando su poder adquisitivo por fuera del ‘empate’”.
Para finalizar, el informe analizó la relación que tiene el Poder Ejecutivo con las permanentes protestas de distintos sectores: “La pauperización general de la economía y los ataques a quienes exponen voces de disenso conducen al conflicto social”.
“Esta cruda realidad no puede anularse, por más represión y restricciones que se impongan. Cuando sucede la protesta es porque la tensión que genera el conflicto es insostenible. Al hambre no se le da respuesta con mano dura”, concluyó.