América Latina: en búsqueda de la unidad perdida
Como aquellos jugadores que prometen en las inferiores pero nunca cumplen en primera división, una integración regional que logre fortalecer a la región y proveer soluciones integrales parece ser la "eterna promesa" de la geopolítica regional.
América Latina, una vez más, vuelve a apostar por la integración regional. El relanzamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) ha generado expectativas y debate en la región.
La iniciativa de reactivar este organismo de integración suramericana, que había quedado en segundo plano en los últimos años, ha sido impulsada por varios líderes políticos de la región, sobre todo el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Como aquellos jugadores que prometen en las inferiores pero nunca cumplen en primera división, una integración regional que logre fortalecer a la región y proveer soluciones integrales parece ser la "eterna promesa" de la geopolítica regional.
Pero ya sea por las sucesivas crisis, la debilidad estructural o los cambios de gobierno, lo cierto es que América Latina parece un cementerio de organismos regionales que se fundan con entusiasmo, pero luego se abandonan a su suerte.
¿Alguien recuerda a la Asociación Latinoamericana de Integración (ALaDI) o al Sistema Económico Latinoamericano de América Latina y el Caribe (SELA)? ¿Qué fue del ALBA, el Grupo de Lima o el ProSUR? ¿Será diferente la suerte de la UNASUR esta vez?
Lula, quien recientemente recuperó su libertad después de una condena por corrupción, ha emergido nuevamente como una figura influyente en la política regional.
Su apoyo al relanzamiento de la UNASUR y su participación activa en la promoción de la integración latinoamericana han sido bien recibidos por algunos sectores de la sociedad.
La política exterior del nuevo Lula se define por revertir el abandono de la región por parte de Jair Bolsonaro, que prefirió un alineamiento automático con los Estados Unidos de Donald Trump.
El ex mandatario brasileño ha defendido la necesidad de fortalecer la UNASUR como una instancia de diálogo y cooperación en temas de interés común para la región, como la integración económica, la lucha contra la pobreza y la defensa de los derechos humanos.
Lula ha destacado que la unidad de América del Sur es fundamental para hacer frente a los desafíos globales y promover el desarrollo sostenible en la región.
Sin embargo, también ha sostenido posiciones controversiales sobre el rol de Rusia y de Ucrania en el conflicto europeo; lo cual posiblemente limite su capacidad para erigirse en la figura geopolítica mundial que aspira a encarnar.
Asimismo, el relanzamiento de la UNASUR no ha estado exento de dudas y de polémicas.
Sobre las primeras, los interrogantes son qué será distinto esta vez para que la integración latinoamericana funcione.
¿Continuará la apuesta regional de UNSAUR si pierden Gabriel Boric en Chile en 2026 o Lula en 2025? ¿Será prioridad la UNSASUR para un eventual gobierno de Juntos por el Cambio en Argentina?
Venezuela y la violación de los derechos humanos
A su vez, uno de los temas más controversiales es la situación en Venezuela y la gestión del presidente Nicolás Maduro en materia de derechos humanos.
La comunidad internacional ha expresado preocupación por las denuncias de violaciones de los derechos fundamentales en el país sudamericano, incluyendo la represión a la oposición política y la falta de libertades democráticas.
Las diferencias políticas en relación a este tema también aparecen como un obstáculo. Como ocurría en América Latina en los sesenta con Cuba, la cuestión venezolana aparece como divisiva para el progresismo latinoamericano.
Por un lado, el presidente chileno Gabriel Boric ha manifestado su preocupación por la situación en Venezuela y ha hecho un llamado a respetar los derechos humanos en el país.
Por el otro, el Presidente argentino y el mismo Lula en su rol de anfitrión parecen preferir eludir el tema y enfatizar la importancia de que en aras de la integración latinoamericana todos los mandatarios puedan reunirse en esa mesa.
En resumidas cuentas, el relanzamiento de la UNASUR ha generado expectativas en la región, y el papel de Lula ha sido destacado en este proceso. Sin embargo, las diferencias políticas han vuelto a aparecer como el eterno desafío a resolver, y la pregunta que sobrevuela a la región es la misma de siempre:
¿Será diferente esta vez? ¿Alcanzará finalmente la región un consenso sobre pautas de integración que le sirvan a todos?
(*) - Juan Negri es politólogo y analista internacional.