El presidente Alberto Fernández hizo alusión hoy a la pelea interna que vivió el Frente de Todos y que derivó en los cambios del Gabinete e intentó bajarle el tono, al tiempo que lanzó un llamado a la unidad de cara a las elecciones legislativas de noviembre.

"No me van a ver atrapado en disputas innecesarias y disputas internas mi única preocupación es que los argentinos vuelvan a ser felices después de tantas desdichas sufridas en cuatro años del gobierno anterior y dos años de pandemia", afirmó el mandatario.

En lo que se interpretó como una alusión a la disputa pública que mantuvo con su vicepresidenta Cristina Kirchner por la derrota en las elecciones primarias (PASO) y el rumbo de Gobierno, Fernández se expresó así durante el discurso con el que abrió la ceremonia de jura de los nuevos ministros.

"La solución a los problemas de los argentinos no está en que nos dividan", subrayó el jefe de Estado en la misma línea, al tiempo que convocó a "los militantes" del Frente de Todos a "unir fuerzas" para "remontar los resultados del domingo pasado" en las PASO.

De esta manera, el Presidente intentó cerrar el conflicto que se disparó la semana pasada cuando los funcionarios más cercanos a Cristina Kirchner hicieron públicas las cartas con las que "pusieron a disposición" sus respectivas renuncias, en una jugada para forzar cambios en el Gabinete.

Fernández le respondió a Cristina Kirchner a través de declaraciones en los medios e intentó resistir la presión pero la vicepresidenta publicó luego una carta abierta en la que cuestionó con dureza al mandatario y a algunos de los funcionarios.

La disputa empezó a zanjarse, luego de tres días, con la decisión de modificar la estructura del Poder Ejecutivo, con Juan Manzur como jefe de Gabinete en reemplazo de Santiago Cafiero, que fue destinado a la Cancillería, entre otros cambios.