El Tribunal Oral Federal número dos absolvió a uno de los acusados por el secuestro y las torturas que sufrió durante la dictadura la periodista Miriam Lewin porque entendió que no había pruebas suficientes, pese a que la actual titular de la Defensoría del Público lo reconoció e identificó detalladamente en el Centro Clandestino de Detención (CCD) en el que estuvo cautiva.

El fallo benefició al ex agente de inteligencia de la Fuerza Aérea Enrique Julio Monteverde, hermano de otro represor, Jorge Luis Monteverde, quien sí resultó condenado en otros procesos. Además, desvincula a Enrique Julio Monteverde de la represión: “la interpretación de la información que aporta el legajo, lejos se encuentra de resultar equivalente a la de su hermano y consorte de causa, y así, nada se puede extraer de ella respecto de su intervención en la por entonces llamada ‘Lucha contra la Subversión’, sino más bien genera dudas de su apego y/o funcionalidad al plan sistemático descripto”. El tribunal valoró que el imputado renunció a la división inteligencia de la fuerza en 1977.

Para los jueces Rodrigo Giménez Uriburu, Enrique Méndez Signori y Jorge Gorini, uno de los elementos desincriminantes es que “a diferencia de los responsables de los sucesos investigados, quienes utilizaban un alias de fantasía creado con el fin de ocultar su verdadero nombre e identidad, el encartado era conocido por un apodo hartamente utilizado por aquellas personas de nombre Enrique (“Quique”), lo que no permite siquiera presumir que pretendiera encubrir su verdadera identidad”.

El tribunal valoró también a favor del imputad “el hecho de que Lewin fuera la única víctima que hiciera referencia a ‘Quique’ y que conociera que se trataba del hermano del guardia con quien más contacto tuvo (Jorge Luis)”. También reconoció que “las dudas no se ciernen sobre si Enrique Julio Monteverde es la persona reconocida por Lewin bajo el apodo ‘Quique’”, pero consideró que la periodista pudo haberse confundido con su hermano por el parecido físico y las circunstancias crueles que atravesaba.

“Las violentas circunstancias que rodearan el cautiverio de la víctima, quien permanecía la mayor parte del tiempo en su celda y muchas veces con sus ojos vendados, dificulta corroborar con exactitud las escasas oportunidades en que el acusado habría sido visto”, dijeron los jueces.

“La falta de otro tipo de prueba que sean demostrativas de un rol dentro de la empresa criminal, no pueden ser categóricamente utilizadas como elementos de cargo frente a la gravedad de los delitos que se le reprochan”, añadió el tribunal al justificar la absolución.

Lewin fue secuestrada el 17 de mayo de 1977, en el cruce de Avenida del Trabajo y General Paz, fue trasladada al CCD Virrey Cevallos, “donde fue torturada. Permaneció allí hasta el 26 de marzo de 1978, fecha en la cual fue trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)”. Recuperó la libertad en 1979.