La fiscal Verónica Zamboni solicitó hoy que los ocho rugbiers detenidos sean imputados como coautores materiales del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a la salida de un boliche de la ciudad balnearia de Villa Gesell, mientras que pidió que los dos que ya fueron liberados, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino, sigan siendo considerados partícipes necesarios.

La calificación que les cae a los acusados es "homicidio doblemente agravado por su comisión de alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", cuya pena es la prisión perpetua.

Según la fiscal, la noche de la brutal golpiza, los rugbiers "se abalanzaron sobre Fernando Báez Sosa aprovechando que se encontraba de espaldas e indefenso y actuando sobre seguro en virtud de la superioridad numérica y física existente".

"Comenzaron a propinarle golpes de puño en su rostro y cuerpo, lo cual provocó que la víctima cayera primero arrodillada y luego al piso inconsciente", agregó.

Para Zamboni, el ataque fue "con el fin de darle muerte y cumplir lo pactado" porque le pegaron "varias patadas en el suelo en su rostro y cabeza, causándole lesiones corporales internas y externas, que le provocaron su deceso de forma casi inmediata, al causarle un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a traumatismo grave de cráneo".