Por Lucio Di Matteo

Esta mañana, el presidente Alberto Fernández anticipó que hoy la Argentina presentará su nueva propuesta de reestructuración de la deuda externa. Eso ocurrirá en las próximos horas, probablemente mediante un comunicado. También es probable que salga en el Boletín Oficial de mañana, a partir de la medianoche; o que directamente todos los detalles se conozcan en el curso del lunes.

Con los funcionarios del Ministerio de Economía trabajando a todo ritmo, NA accedió en exclusiva a los detalles de la nueva propuesta. En relación a la anterior, reduce sustancialmente el período de gracia; la fecha de pago de cada año se adelanta; la ley emitida bajo ley local pasará por la aprobación del Congreso Nacional; y se reconocerán intereses hasta agosto de este año. "En este contexto económico internacional, de tasas negativas, la oferta argentina debería tener buen nivel de aceptación", señaló uno de los funcionarios que más trabajó en todo el proceso, desde la primera oferta presentada en abril, hasta la que se conocerá en algunas horas.

La discusión sobre la quita y el valor presente neto: en la propuesta de abril, la quita era de 5,4% sobre el capital y 62% sobre los intereses; en la actual será mínima en el primer tema, y podría estar por debajo del 60% en cuanto a los intereses. "La discusión sobre el valor presente neto (VPN) de los bonos, si es de 46, 53, o 55, es lenguaje del colonizador. Ellos piensan en comprarse nuevas casas en Los Hamptons (distrito de playa exclusivo en las afueras de Nueva York), nosotros en la sustentabilidad de los pagos", aseguró una fuente consultada. Aún, el llamado VPN estaría cerca de los 53 dólares.

Pero la clave pasa más porque la Argentina no se endeude por encima de su capacidad de crecimiento económico, y a una tasa de interés razonable. "Si sos Japón, y pagás un interés casi negativo por la deuda, esta puede ser el 200% de tu PBI. Esa no es nuestra situación", explicó un funcionario consultado. "Hay muchas diferencias con la reestructuración del 2005. En ese momento hubo mucha quita sobre el capital, en esta será básicamente sobre los intereses", agregó.

Menor período de gracia, se empieza a pagar antes: en abril, la Argentina pidió un período de gracia de tres años (2020, 2021 y 2022), comenzando a pagar en el 2023. Este se acortaría, y la deuda reestructurada empezará a abonarse en 2021 o 2022, justamente ese detalle se está discutiendo en el cierre de este domingo.

Ley Nacional para el "tramo local", con trato equitativa: la deuda emitida bajo legislación argentina se ofrecerá mediante una ley votada en el Congreso, en tanto que la deuda bajo legislación extranjera deberá pasar por la aprobación del mercado. Se buscará un trato equitativo con respecto a la propuesta ofrecida a los acreedores que están bajo ley extranjera.

Se reconocen intereses por todo el período de negociación: hasta agosto inclusive, cuando venza el plazo para que los acreedores acepten la propuesta de la Argentina. De esta forma, si se llega al nivel de aceptación exigida por la Cláusula de Acción Colectiva (CAC), de 66,6% en deuda nueva y 75% en la vieja, podrá decirse que Argentina prácticamente no entró en default.

Dos meses para aceptar la propuesta: se baraja el 6 de agosto como primera fecha y los primeros días de septiembre como la última. "Al que entre antes se le reconocerá más deuda", apunta una fuente consultada.

No habrá "cupón" del PBI vinculado a las exportaciones: se estudió que Argentina pague una especie de plus por sus exportaciones, pero finalmente se descartó.

"Será la última propuesta": es lo que juran y perjuran en Economía. Circuló una versión que hasta el plazo final de aceptación de la oferta, Argentina podría mejorarla. "Pero si lo hacemos perdemos credibilidad. Estaríamos prometiendo lo que no podemos pagar", aseguró una fuente que está en el día a día de la negociación.

BlackRock, ¿entra o litiga?: es una incógnita qué ocurrirá con el más duro de los fondos. Según diversas fuentes, en el bloque de acreedores que lidera ya hay discrepancias, pues algunos quieren aceptar la nueva propuesta. También habría diferencias dentro de su propio directorio, donde no todos acompañan la posición dura de su líder, Larry Fink.

El pago de cada año, mucho antes: en abril se propuso que el grueso de la deuda reestructurada se pague en noviembre de cada año. La nueva propuesta es bajar esos tiempos a enero, julio, o una parte al comienzo de cada semestre.

El total de la deuda a reestructurar es de u$s 83.000 millones, de los cuales u$s 66.238 millones fueron emitidos bajo ley extranjera. La propuesta argentina se juega más en la baja de intereses que del capital adeudado. En un contexto económico como el actual, el equipo de funcionarios argentinos sostiene que la Argentina es una de las pocas oportunidades de negocios que ofrece actualmente el mercado de capitales.

La propuesta presentada en abril, que hoy será modificada, está contenida en el siguiente documento.