Por Lucio Di Matteo

Juan José Gómez Centurión fue el único funcionario del macrismo que estuvo en dos organismos del Estado involucrados en los presuntos delitos de los cuales se acusa a Vicentin, especialmente evasión impositiva y lavado de dinero. El ex militar fue el director de la Aduana desde diciembre del 2015 hasta octubre del 2017 (con un interregno de casi dos meses en 2016 por estar apuntado en la causa "Mafia de los Contenedores"), y salió de ese cargo para ser vicepresidente del Banco de la Nación Argentina hasta marzo del 2019, cuando se alejó para sostener su candidatura presidencial.

De acuerdo a los datos del concurso de acreedores de Vicentin, y a la denuncia realizada ante la Justicia Federal por la Unidad de Información Financiera (UIF), gran parte de la presunta evasión impositiva realizada por la empresa fue a través del Puerto de Rosario, donde la principal responsabilidad de control aduanero era de Gómez Centurión. En tanto que los primeros préstamos que le otorgó el Banco Nación fueron luego de su llegada como vicepresidente.

La vicepresidencia del banco estatal (además el más grande del sistema) en manos de un militar, suena a situación habitual en gobiernos de facto pero no constitucionales. En este caso, según diversas fuentes, fue un hecho que se habría debido al vínculo personal y político de Gómez Centurión con el entonces presidente Mauricio Macri. Cuando la salida del ex militar de la Aduana era un hecho, dos frases que el ex militar habría dejado caer ante el primer mandatario fueron "mirá que yo no soy (Fernando) Niembro, no tengo vocación de víctima", y otra sobre conocimientos de importaciones de la familia Awada. Sólo Macri y Gómez Centurión pueden constatar a ciencia cierta la conversación que tuvieron en octubre del 2017, lo que probablemente nunca harán. Pero el hecho es que el ex director de Aduana terminó en un cargo para el cual no tenía -ni tiene ahora tampoco- la menor capacitación.

De acuerdo lo que figura en el concurso preventivo de acreedores, los primeros préstamos del Banco Nación a Vicentin se dieron a partir de la vicepresidencia de Gómez Centurión en la entidad, con Javier González Fraga como presidente. El primero de ellos fue una prefinanciación de exportaciones por u$s 5 millones, firmada el 17 de octubre del 2018. Luego de este préstamo llegaron otros siete mientras el economista y el militar de doble apellido eran el 1 y 2 de la entidad: todos durante diciembre del 2018, por un total de u$s 26 millones. Casualidad o no, un trimestre antes del lanzamiento de la campaña presidencial de Gómez Centurión.

El Puerto de Rosario y la soja "paraguaya"

De acuerdo a la denuncia que presentó la UIF ante el juez federal Julián Ercolini, en la causa donde ya fue aceptada como querellante, una maniobra de Vicentin sería exportar soja argentina declarándola como de origen paraguayo, evitando así el pago del derecho de exportación, vulgarmente conocido como "retenciones". La firma del consorcio ubicada en Paraguay maneja 15% de la soja de ese país, tiene alta rentabilidad, pero no posee allí fábricas ni oficinas.

En la denuncia se apunta, además, que "de las 20 empresas en que Vicentin tiene participación (sean controladas o vinculadas), en las 17 empresas para las que se presenta información, todas tienen patrimonio neto positivo, destacándose el caso de Vicentin Paraguay, Oleaginosa San Lorenzo y Renova ".

De acuerdo al mismo escrito, presentado hace dos semanas, Vicentin Paraguay "manejaría el 15%% de la exportación sojera de Paraguay beneficiándose de las exenciones impositivas que allí existen, pero no tendría allí ni activos, ni fábricas, y casi no tendría oficinas. A su vez, siendo Argentina el principal comprador de soja paraguaya, esa producción ingresaría (o reingresaría) al país para ser procesada en molinos argentinos". En definitiva, según la denuncia de la UIF, la sospecha es que, a través de RENOVA (otra controlada del grupo), "se haya hecho pasar soja argentina por soja paraguaya para - justamente - ahorrar impuestos y fugar ganancias, en detrimento de VICENTIN". Mientras RENOVA crece exponencialmente y fuga dividendos, continúa la denuncia, "VICENTIN entra en cesación de pagos".

Para que toda esta presunta maniobra haya sido posible, existen tres lugares y un organismo clave. El Puerto de Rosario, el Puerto de San Lorenzo (donde fue la famosa batalla, también en la Provincia de Santa Fe) y la Hidrovía (ruta fluvial de la soja que se exporta). La Aduana es el organismo que controla -o debería hacerlo- esos tres puntos. El responsable de la Aduana de Rosario, desde 2016 hasta 2018, fue un hombre de la más absoluta confianza de Gómez Centurión y su aliada política Elisa "Lilita" Carrió: Roberto Edgar Manías.

Desde 2018 hasta 2019, la política que se siguió fue dejar la estratégica aduana de Rosario en manos de interinos. Manías, en tanto, se fue de allí para dirigir, justamente, la Aduana del Puerto de San Lorenzo, otro lugar clave en la exportación de soja de Vicentin. Ahora sigue en Hidrovía, pero rebajado al simple cargo de "Verificador".

En los préstamos otorgados por el Banco Nación. En los puertos de Rosario o San Lorenzo. En la "autopista de la soja" llamada Hidrovía. Hasta ahora, nadie se había dado cuenta. Pero parece que los caminos de Vicentin y Gómez Centurión se cruzaron siempre desde el 2016, la época de mayor crecimiento económico, y posterior concurso de acreedores, de la firma conducida por Sergio Nardelli y Alberto Padoan.