Fuerzas armenias y de Azerbaiyán continuaban este lunes sus combates en torno a la región separatista caucásica de Nagorno Karabaj pese a llamados de Rusia y Turquía a cumplir con una tregua humanitaria mediada por Moscú que debía comenzar hace dos días.

El canciller armenio estaba este lunes en Moscú para una reunión con el Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) -copresidido por Rusia, Francia y Estados Unidos-, mediador histórico de este conflicto. El canciller de Azerbaiyán participó en una reunión similar la semana pasada en Ginebra.

Pese al fracaso de casi tres décadas de mediación, los diplomáticos quieren convencer a armenios y azerbaiyanos de que vuelvan a las negociaciones y pongan fin a los combates en curso, los más mortíferos en el conflicto de Nagorno Karabaj desde 1994.

Desde la capital separatista, Stepanakert, hoy podía oírse fuego de artillería procedente del suroeste del enclave. Pero a diferencia de las noches anteriores, la ciudad se salvó de los bombardeos

En ese contexto, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y su par turco, Hulusi Akar, hablaron hoy de la solución del conflicto en Nagorno Karabaj, así como la situación en Siria y Libia, durante una comunicación telefónica.

"Los ministros de Defensa de Rusia y Turquía debatieron los temas de la estabilización de la situación en Nagorno Karabaj e intercambiaron opiniones sobre la situación en la República Árabe Siria y Libia", informó hoy el Ministerio de Defensa ruso, en un comunicado, citado por la agencia de noticias Suptnik.

A su vez, el Ministerio de Defensa de Turquía añadió que los dos ministros también "intercambiaron opiniones sobre los asuntos de seguridad". "Akar le dijo a Shoigú que Armenia debe detener los ataques contra localidades pacíficas y retirarse de los territorios ocupados", indicó el ministerio turco.

Nagorno Karabaj se encuentra dentro de Azerbaiyán, pero está controlada por separatistas armenios, apoyados por el Ejército de Armenia, desde el fin de una guerra de secesión, en 1994, que dejó unos 30.000 muertos. Azerbaiyán acusa desde entonces a Armenia de ocupar su territorio, y los enfrentamientos armados son recurrentes.

Armenia no esconde su apoyo a los separatistas pero, como el resto del mundo, no ha reconocido la independencia de la República de Artsakh, proclamada por los separatistas.

La tregua humanitaria, que se negoció en Moscú y que debía permitir el intercambio de prisioneros y fallecidos, debería haber entrado en vigor el sábado a mediodía, pero nunca se respetó. Después de que hicieran lo propio ayer la Unión Europea (UE) y el Papa, Irán, limítrofe con las países en guerra, lamentó hoy "las violaciones del alto el fuego" y pidió "a ambas partes mostrar moderación".

La comunidad internacional teme que el conflicto se internacionalice. Turquía alienta a Azerbaiyán a pasar a la ofensiva y Rusia tienen un tratado militar con Armenia. También hubo acusaciones a Turquía de haber enviado combatientes yihadidstas desde Siria para luchar junto a los azerbaiyanos, lo cual es negado por Azerbaiyán y Turquía.