A falta de poco más de una semana para la histórica sesión del Senado en la que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) podría convertirse en ley, la batalla sigue extremadamente pareja, aunque el sector verde confía en romper el empate capturando el voto de los últimos indecisos.

Las últimas novedades dan rienda a la ilusión verde: dos de los senadores que estaban en el lote de indecisos firmaron el jueves pasado el dictamen "en disidencia parcial", y si bien esos votos no están plenamente asegurados, por lo menos ya marcan una tendencia de cómo podrían expresarse.

Se trata del entrerriano Edgardo Kueider (Frente de Todos), quien fue convencido por Osar Parrilli para que al menos firmara con objeciones, y del cordobés Ernesto Martínez (Juntos por el Cambio), quien en 2018 ya había votado a favor del aborto legal.

Y el tercer voto "verde" que se sumó en los últimos días es el de la rionegrino del Frente de Todos Silvina García Larraburu, quien en 2018 había votado en contra pero modificó su opinión tras ser persuadida por varios de sus pares y salió del grupo de whatsapp de los "celestes".

El semáforo naranja para los "verdes" se prendió a partir de la postura que tomó el rionegrino Alberto Weretilneck, quien firmó el dictamen en disidencia parcial y condicionó su voto a favor a la incorporación de cambios en varios artículos.

Lo mismo cabe para el catamarqueño Oscar Castillo (UCR), quien votó a favor hace dos años, pero sembró dudas al no firmar el dictamen.

Con todo, los tres votos nuevos revirtieron un panorama que se había agriado días atrás cuando el senador pampeano de la UCR Juan Carlos Marino había develado que su voto sería negativo.

Las otras dos dudas involucran al sentido del voto de la neuquina Lucila Crexell, quien en 2018 se abstuvo y la radical Stella Maris Olalla, que ingresó en 2019 y nunca se pronunció sobre el tema.

Más allá de su consiguen el número para aprobar la iniciativa, el primer objetivo de "los verdes" para la sesión del 29 es conseguir el quorum de 37 legisladores.