Por Sebastián Hadida

La aprobación del llamado "impuesto a la riqueza" con 133 votos positivos era previsible y a nadie se le movió pelo por el resultado final. Ahora bien, en la disección fina de la votación aparecen sorpresas.

La más llamativa tiene que ver con la ayuda que el Frente de Todos recibió de dos diputados del Juntos por el Cambio, los radicales jujeños Jorge "Colo" Rizzotti y Gabriela Burgos, quienes votaron a favor del "aporte solidario y extraordinario a las grandes fortunas".

Eligieron ser leales a su gobernador, Gerardo Morales, quien desde que el oficialismo sacó a relucir varios meses atrás la idea de impulsar un "impuesto a los ricos" se pronunció a favor de la medida.

Fue el 22 de abril pasado, en una reunión del comité provincial contra el coronavirus, que se expidió sobre el tema y generó roces con otros sectores de Juntos por el Cambio que se plantaron en contra de un medida que consideran "confiscatoria" y "anti inversiones".

Allí se preguntó "en qué mundo viven" los que están en contra y al respecto señaló que "se está cayendo la economía en el mundo, hay pérdida de puestos de trabajo y gremios que están acordando descuentos para poder sostener su trabajo".

Sin embargo desde abril hasta noviembre corrió mucha agua debajo del puente: puntualmente generó fastidio en el entorno de Morales la suspensión del encuentro que el presidente Alberto Fernández tenía con el mandatario jujeño en La Quiaca cuando el jefe de Estado se trasladó a esa ciudad para despedir a Evo Morales, quien retornó a a Bolivia tras un año de exilio.

Ese desencuentro terminó siendo anecdótico en una relación institucional y política que goza de buena salud.

Por razones de gobernabilidad, a Morales le conviene que el vínculo con el presidente se mantenga dentro de los carriles de respeto y cordialidad, para que la provincia no quede relegada en el reparto de fondos.

"Esa es la zanahoria" que el Gobierno nacional le muestra a Morales para disciplinarlo, reconocieron fuentes parlamentarias de la UCR.

Por eso no llamó la atención que en la discusión del Presupuesto los diputados que le reportan se plegaran a favor de esa ley.

En aquella oportunidad, no fueron los únicos que desentonaron con la postura abstencionista de la mayoría: también los diputados correntinos que responden a Gustavo Valdés y algunos legisladores porteños siguieron el camino del respaldo.

La sorpresa es que esta vez los dos diputados jujeños fueron los únicos es desentonar, por lo que ese gesto le podría costar a Morales facturas por parte de sus socios de la oposición.

"Valdes y Larreta tienen más espalda que Morales. No son lo mismo para nada. En algún momento se lo van a facturar. Pero todos comprenden que no es sencillo lo que le toca", señalaron a NA las fuentes consultadas de la UCR.

Otra situación llamativa que tuvo la votación fue la ausencia del voto de la vicepresidenta del bloque del Frente de Todos, Cecilia Moreau, quien incluso llegó a presidir la sesión en un pasaje y había defendido con uñas y dientes el "aporte solidario".

La falta de registro de su voto no fue entonces por falta de convicción, sino por un hecho peculiar e insólito: se enteró casi a la medianoche que una persona con la que había mantenido contacto estrecho había dado positivo de Covid-19 por lo que se retiró del recinto súbitamente para aislarse, y luego no pudo conectarse a la sesión vía retoma por problemas técnicos en su computadora.

A Máximo Kirchner le ocurrió exactamente lo mismo pero pudo conectarse y explicar lo sucedido durante su discurso, a alrededor de las 3 de la mañana.

Pese a la merma de algunos votos propios (tampoco registró el suyo el jujeño Daniel Ferreyra), el Frente de Todos compensó con la ayuda externa del interbloque Federal, que aportó 9 votos positivos sobre el total de 11 legisladores.

Sólo se diferenció Graciela Camaño, que votó junto a Juntos por el Cambio esgrimiendo argumentos muy similares, mientras que Alejandra Vigo, la esposa del gobernador cordobés Juan Schiaretti, se ausentó.

El interbloque Unidad Federal para el Desarrollo que conduce José Luis Ramón se alineó a favor del proyecto y no hubo fugas entre sus seis legisladores, que suelen votar siempre en sintonía con el oficialismo.

Los últimos dos votos afirmativos vinieron del bloque Unidad y Equidad Federal, que está compuesto por dos "desertores" de Cambiemos: Antonio Carambia y Felipe Alvarez, quien saltó del barco de Juntos por el Cambio hace apenas semanas.