Por Sebastián Hadida

La legisladora del PRO militó en parroquias de villas bonaerenses desde chica y se vinculó con Bergoglio en los años 2000. Cofundó el "germen" de Scholas Occurrentes.

Para muchos es una desconocida, un nombre más dentro de la lista de diputados nacionales del PRO. Pero en vísperas del comienzo del tratamiento del proyecto de legalización del aborto su figura empieza a tomar relieve, y levantó vuelo especialmente a partir de una carta que recibió días atrás nada menos que del Papa Francisco.

Como es sabido, el jefe de la Iglesia Católica, o sencillamente Jorge Bergoglio, tiene pocos referentes de confianza en la Cámara de Diputados. En el Frente de Todos está Gustavo Valdés, ex embajador argentino ante el Vaticano. Y en la oposición el primer nombre que asoma es el del jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo. Por detrás, y más tímidamente, aparece el nombre de Morales Gorleri. "Una tapada".

El curriculum vitae de la actual diputada nacional macrista, que se puede consultar fácilmente en Linkedin. Su trayectoria puede resumirse en su rol como legisladora porteña entre 2007 y 2015, año en que saltó al Poder Ejecutivo nacional, en aquel momento comandado por Cambiemos, para desempeñarse como subsecretaria de Responsabilidad Social en el Ministerio de Salud y Desarrollo Social.

Varios renglones más abajo, casi escondido, aparece un dato interesante, ya que es ahí donde se cruzó en el camino con el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio. Entre 1998 y 2007 una joven Morales Gorleri fue coordinadora de programas sociales en la Vicaría Espiscopal de Educación del Arzobispado de Buenos Aires. Allí ella fundó junto a José María del Corral la Escuela de Vecinos, que según el entorno de la diputada fue "el germen" de Scholas Occurrentes, una organización en red de escuelas de todo el mundo patrocinada por la Iglesia Católica.

Desde entonces la representante del PRO, hoy de 48 años, visita con frecuencia al Papa Francisco en Roma y sostiene un vínculo que, a escasas horas del puntapié inicial del debate por el aborto, cobra otra dimensión.

En el último intercambio epistolar entre ambos, el Papa le hizo llegar los principales argumentos que para él deben prevalecer en el sector celeste para dar la discusión en contra del aborto.

En el manuscrito, el jefe de la Iglesia explicó que el aborto "no es un asunto primariamente religioso sino de ética humana, anterior a cualquier confesión religiosa".

Y también se preguntó "si es justo eliminar una vida para resolver un problema" y "si es justo contratar un sicario" para lograr esa mismo propósito.

En diálogo con NA, la diputada del PRO señaló que el aborto no es una cuestión de libertad de la mujer, como se sostiene desde el sector verde, ya que a su criterio cuando toman una decisión de esa naturaleza están "fuertemente condicionadas por un contexto "muy complejo de vulnerabilidad social, económica y emocional".

"Cuando toman la decisión de terminar con su embarazo, no lo hacen nunca con una decisión feliz, en libertad. Están condicionadas por sus contextos. Para mí la legalización del aborto es afirmar que fracasamos como Estado, es afirmar que no logramos revertir las situaciones que llevan a las mujeres a tomar esta tremenda y dolorosísima decisión para ellas", reforzó.

Para ella, la salida debe ser que el Estado, con políticas públicas activas, les de herramientas primero para prevenir con educación sexual y reproductiva, y en su defecto que proporcione medios y contención para que puedan seguir adelante con sus embarazos.

"Se dice que la mujer es libre y sin embargo no es libre sino que está tomando quizás la peor decisión de su vida o por lo menos una decisión tremendamente dolorosa que es terminar la vida del hijo que lleva en su vientre", insistió.

A su entender, la discusión del aborto introduce un dilema ético y moral por el cual colisionan dos derechos: "el derecho a la vida que en nuestro país está consagrado desde la concepción y por otro lado el derecho a la libertad de la mujer".

"Es una derecho que debemos acompañar e impulsar, pero ante la puja de estos dos derechos, creo que debemos priorizar el derecho a la vida humana", completó Morales Gorleri que apoya enfáticamente el proyecto de ley de "los 1000 días" que el Gobierno envió a Diputados para tratar en paralelo a la interrupción voluntaria del embarazo.