Por Jorge Luis Pizarro (*)

Salvando las distancias, la pregunta del título de este artículo editorial, podría decirse, es la versión criolla del "ser o no ser" de Shakespeare. ¿Cuál es la raíz, cómo es la matriz de los problemas Argentinos?. Algunas opciones son las siguientes: ¿dólar a peso?. ¿La distribución de la riqueza o la deuda externa?. ¿La cantidad de impuestos o la reactivación del aparato productivo?.

Es increíble, y aunque parezca mentira, se trata de todo junto y a la vez. Esta semana, hemos recibido datos que nos demuestran, tristemente lo descripto. La pobreza que sufren 18.800.000 personas (40,9%) y 4.800.000 ciudadanos indigentes (10,5%) es el indicador más doloroso de nuestra realidad.

Si la pregunta es por qué los argentinos eligen el dólar y no el peso, la respuesta es breve y concisa: No hay confianza en el Peso. Por eso, no sólo aumentan las posiciones en Dólares, sino que en el país 9 de cada 10 dólares ahorrados están afuera de los bancos.

¿Qué es primero, la economía o la política?. Si se entiende por economía al conjunto de normas para el mejor y sustentable desarrollo de un país, para que estas herramientas puedan ser útiles, deben ser sembradas sobre un territorio llamado "confianza".

Esta semana, el Ministro de Economía, quien es el encargado de organizar los recursos del área para poder mejorar nuestros problemas, no pudo responder por qué sus ahorros son en dólares, o sea, qué confianza puede dar quién te pide "una cosa y hace otra".

Más allá de los discursos de un lado y del otro, la realidad no para de cachetearnos. La organización Consumidores Libres reveló que el aumento de productos básicos de almacén durante el mes de septiembre fue del 2, 68%, frutas, verduras y hortalizas 10,20% y la carne 2,92%. El promedio de estos rubros da cuenta de un aumento de los precios del 4.31%. Por su parte, según el Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos, los precios de los medicamentos más usados, de enero a septiembre, subieron un 22,6%.

El regreso a las clases presenciales también forma parte de la discusión. Esta semana se publicó el dato que muestra que 175 departamentos, es decir un tercio total del país, registraron menos de 30 contagios de Covid durante la pandemia, y sin embargo, siguen las aulas siguen vacías. ¿Por qué?. Hablando de Covid, si la clave para poder controlar los contagios es la cantidad de testeos, ¿Por qué España hace 600.000 y nosotros 150,000?.

En esta costumbre de discutir todo, el asesinato del Policía Federal Juan Pablo Roldán no escapó a la cuestión. El debate "pobre", se centró en si los Policías de la Ciudad habían abandonado al Federal a su suerte, si tuvieron miedo de actuar o si las pistolas Taser son parte de la solución. Tal vez, sea el momento de discutir, seriamente, un problema que aflige a toda la sociedad, como es la inseguridad.

Establecer reglas claras sobre cómo actuar, equipamiento y entrenamiento suficiente, y la utilización de dispositivos como las Taser, que aplican una descarga controlada que inmoviliza al atacante y que termina siendo menos dañina que una bala, es más que necesario. Sobre las Taser, aportamos este dato: Si trescientas Fuerzas Policiales del mundo la utilizan, ¿Cuál es la discusión en la Argentina?. ¿Si las fuerzas especiales la utilizan, cuánto más necesario es para los policías que tienen frente a frente a la delincuencia callejera?.

Fue muy lamentable escuchar al Embajador Argentino ante la OEA, tener que aclarar cuál es la posición sobre la violación de los Derechos Humanos en Venezuela, algo obvio que surge del informe de la Alta Comisión de la ONU para los Derechos Humanos.

La oposición, en su mayoría no ayuda mucho, critica más de lo que propone, y está metida internamente, pensando en las próximas elecciones. Capítulo aparte merece el Presidente de la Nación, que además de tener que tomar las mejores decisiones para los argentinos en medio de una situación muy compleja, tiene que actuar como "goma de auxilio" de muchos de sus más cercanos y directos colaboradores. El transcurrir normal indica, que esa curva de esfuerzo debe ser al revés, o en tal caso, no agregarle más trabajo del que tiene. Este pensamiento no pretende estar a favor o en contra de nadie, sino pensar respetuosamente, si no es momento de "refrescar" el entorno de quien ganó las elecciones y ocupa el sillón más importante, para hacer nuestra vida mejor.

(*) Periodista de Radio Rivadavia.