Por Juan Martín*

En tiempos de falsas dicotomías que conducen a discusiones estériles y callejones sin salida, lo más útil es salir de esos laberintos discursivos en busca de soluciones sensatas.

La pandemia del coronavirus, de la cual devino un tiempo de aislamiento y cuarentena sin planes ni horizontes definidos por parte del gobierno nacional, tiene hoy un sinfín de actividades empantanadas en crisis graves y en algunos casos, terminales.

Uno de los sectores más golpeados en esta coyuntura angustiante, es el vinculado a las actividades deportivas. Nos referimos a ese amplio universo que conforman desde clubes de barrio a canchas de fútbol, pasando por grupos de runners, personal trainers, canchas de tenis, de pádel y emprendimientos tales como gimnasios de musculación, pilates o yoga, y un largo etc.

Tanto para quienes brindan estos servicios, como para quienes los utilizan, hoy lo que reina es la incertidumbre.

Desde ya hay que señalar que el parate o la reanudación a medias y sin una organización clara ni sostenimiento estatal consistente que permita proyectar continuidad, han causado un daño económico y laboral enorme. La cuarentena forzó que más de 500 establecimientos deportivos sobre un total de 8.000 en el país hayan tenido que bajar sus persianas.

Se estima que en el rubro, hasta el inicio de la pandemia, trabajaban unas 80.000 personas en relación de dependencia, más unos 180.000 profesores de educación física que son monotributistas, moviendo la actividad alrededor de 1.000 millones de dólares anuales. Todo eso está en riesgo hoy. Pero no es lo único.

Lo que también se está poniendo en peligro es lo que se insiste en proteger desde la perspectiva de la comunicación oficial: la salud pública.

La Organización Mundial de la Salud ha alertado en innumerables oportunidades sobre otra pandemia que afecta a más de la mitad de la población mundial (y de la Argentina), provoca en promedio 3,2 millones de fallecimientos al año, y es el cuarto factor de riesgo de muerte generada por enfermedades no transmisibles y prevenibles: el sedentarismo.

El confinamiento obligatorio y las medidas restrictivas impuestas por el gobierno nacional han llevado a que cada vez menos personas hagan actividad física exponiéndolas al riesgo de perder hábitos saludables. En este contexto sanitario y tras más de 150 días de aislamiento, habilitar las actividades deportivas, con los protocolos y cuidados necesarios, lejos está de entrar en contradicción con la salud. Todo lo contrario: priorizar la actividad deportiva es justamente priorizar la salud pública.

Desde Juntos por el Cambio hemos escuchado la voz de los actores afectados por esta situación. Hemos impulsado una serie de medidas que esperamos sean entendidas y ejecutadas prontamente por el gobierno nacional. Una de ellas es un plan integral de auxilio para clubes, vecinales y entrenadores independientes dedicados a brindar servicios deportivos.

Esta iniciativa solicita que los alcanzados por este plan sean incluidos en el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y en el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP). También propone una línea de Créditos a Tasa Cero, con plazos de amortización no inferiores a doce meses y un período de gracia de seis meses a partir de su otorgamiento.

Además se proponen diferimientos impositivos y la posibilidad de pagos en cuotas de los tributos a futuro.

Por otra parte, insistimos al Gobierno acercando potenciales protocolos para que se tome una actitud proactiva y los establecimientos deportivos puedan volver a la actividad, con un estricto y riguroso cuidado de la salud para evitar contagios.

Para que todo esto se active se necesita decisión política.

Por eso vía nota le pedimos al ministro del área, Matías Lammens, que se presente ante la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados, donde esperamos que mediante el diálogo propositivo y fructífero, avancemos hacia definiciones concretas que permitan salir de esta complicada coyuntura.

Tenemos un objetivo claro y hacia allí orientamos nuestra energía: queremos brindar previsibilidad a las instituciones, los emprendedores y las empresas vinculadas al desarrollo del sector, para sostener así los puestos de trabajo y potenciar el desarrollo de una actividad clave para la salud psicofísica y la integración social de los argentinos.

(*) - Diputado nacional de Juntos por el Cambio.