Las autoridades británicas de las Islas Malvinas se preparaban para afrontar los primeros casos de coronavirus, mientras crecía la inquietud ante la hospitalización de un niño con síntomas compatibles y la considerable distancia con Londres, donde deben ser verificados los contagios.

Es que en el territorio insular reclamado por la Argentina no existen kits de testeos de Covid-19, por lo que las muestras de casos sospechosos tienen que ser derivadas al Reino Unido, a unas 8 mil millas de distancia, por lo que los resultados pueden estar recién en unos diez días.

La presencia de un niño con síntomas críticos de la enfermedad en el Hospital de Puerto Argentino causaba preocupación en la población, mientras que varios isleños con indicios similares optaron por autoaislarse.

Al menos una sexta parte de los tres mil habitantes insulares es considerada población de riesgo.