Por Silvia Saravia (*)

A casi 150 días de cuarentena, muchas de las políticas públicas anunciadas no llegan de modo suficiente. Son múltiples los motivos aunque, sin dudas, el más criticable es el argumento que esgrimen algunos funcionarios: "La vamos llevando bien".

¿Será por eso que no se avanza con el impuesto a las grandes fortunas? Con esa recaudación podría aumentarse el monto del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), y pasar al pago mensual, ya que hoy no llega a cubrir el 28% de la Canasta Básica Alimentaria (CBA, que se toma como parámetro para calcular la indigencia) de una familia de dos adultos/as y dos niños/as.

Además, y teniendo en cuenta que no será sencillo recuperar puestos de trabajo en forma significativa, al menos en el corto plazo, y que la cuarentena más o menos flexible continuará hasta que la vacuna circule masivamente, creemos que habría que extender el IFE al menos hasta que esto último suceda.

¿"Llevarla bien" justifica someterse a los caprichos de los grandes proveedores que se resisten a vender alimentos a precio justo? Debería obligarse a que vendan en esas condiciones para abastecer comedores y merenderos comunitarios, y a la comunidad en general.

El acceso a los alimentos en cantidad y calidad suficiente es un derecho que debiera ser resguardado ante empresarios que abusan de su posición dominante. Tenemos herramientas legales, como la Ley de Abastecimiento, que no han sido utilizadas ante tamaño atropello.

¿Será que por aquel argumento no se aumentan el Salario Social Complementario (SSC), la AUH y las jubilaciones mínimas en la misma proporción que el aumento de la Canasta Básica de Alimentos? Como ejemplo, desde el mes de noviembre de 2019, el SSC perdió el 24,4% del poder de compra de alimentos.

El deterioro de los ingresos no se detiene. Cada punto de inflación sobre los alimentos significa que muchos miles pasen a ser pobres, y otros muchos miles, indigentes. Según nuestro Índice Barrial de Precios (IBP), en el mes de julio una familia necesitó $500 más que en el mes anterior, para comprar los mismos alimentos.

En este contexto es fundamental convocar al conjunto de los sectores a los debates sobre la situación actual y la postpandemia, para ver cómo dar respuestas a una comunidad que necesita más presencia del estado, para ver cómo incorporar a millones de desocupados/as a la economía formal, con trabajo e ingresos dignos. Alberto Fernández debería disponerse a dialogar con todas las organizaciones de la comunidad, no solo con las que ocupan cargos en su gobierno.

(*) - Coordinadora nacional de Barrios de Pie.