Por Sebastián Hadida

Lo que era un murmullo creciente de gobernadores que frecuentaban despachos en la Cámara de Diputados y en la Casa Rosada con el objetivo de suspender por única vez las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) cobró materialidad a través del proyecto que presentó el viernes pasado el diputado tucumano Pablo Yedlin.

Con guiño del Gobierno nacional, los impulsores de la iniciativa sostienen que en medio de una pandemia que no cesará en su totalidad pese al proceso de vacunación, y en el marco de una crisis económica colosal, el país no puede darse el lujo de celebrar una "encuesta" que implicaría no solamente riesgos sanitarias sino especialmente grandes costos de financiamiento.

Y ponen como antecedente inmediato las elecciones PASO del 2017 y 2019 en las que las distintas fuerzas políticas no hicieron uso de las primarias como herramienta para dirimir la competencia interna, ya que se impuso la lógica de las listas únicas, salvo contadas excepciones en municipios.

Ante ese hipotético escenario, Juntos por el Cambio se puso en guardia ya que cree que el objetivo real del Gobierno es condicionar las internas de la oposición: Juntos por el Cambio podría precisar esta herramienta en muchos distritos en los que no están nítidos los liderazgos, como por ejemplo la Provincia de Buenos Aires.

Allí, una candidatura de María Eugenia Vidal solucionaría las tensiones ya que todos los actores de alinearon debajo de ella, pero de no suceder así unas PASO serían ideales para dirimir lugares entre los distintos espacios que se disputan poder interno.

Y en la Ciudad de Buenos Aires unas PASO podría resolver la competencia entre el ala dura macrista liderada por Patricia Bullrich y el larretismo que podría requerir que encabece la lista figuras de su seno como Fernán Quirós.

Para los oficialismos, en cambio, siempre es más fácil dirimir sus internas porque usualmente quien ejerce la autoridad y ordena hacia abajo es quien detenta el Gobierno.

Desde la oposición sostienen que no se puede modificar las reglas de juego faltando tan poco para el inicio del cronograma electoral 2021.

Frente a esta situación, Juntos por el Cambio se encuentra sumido en un proceso de deliberación sobre cuáles son las mejores alternativas para impedir que el oficialismo cumpla con su cometido.

El propio jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta se involucró personalmente en una reunión con referentes del PRO bonaerenses para estudiar alternativas. El mendocino Rodolfo Suárez sigue la misma partitura que su par porteño.

La nota disonante la dieron los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés, que en pos de conservar el diálogo amistoso con el Gobierno nacional dieron su beneplácito a la intentona oficialista.

En el Senado bonaerense, Juntos por el Cambio detenta 26 bancas contra 20 del oficialismo, y ese podría ser el dique de contención para resistir la maniobra del Frente de Todos.

Mientras esa opción madura, en el Congreso nacional también hay repercusiones. La diputada nacional de la UCR Carla Carrizo presentó este lunes un proyecto de ley para evitar la suspensión de las PASO, y al mismo tiempo propuso una serie de modificaciones para reducir gastos de campaña y acercar la fecha de los comicios a la de las elecciones generales.

La legisladora de Juntos por el Cambio propone que las PASO se celebren el segundo domingo de septiembre, es decir, el 12 de septiembre de 2021, un mes después de la fecha en que suelen pautarse las primarias. El objetivo es "evitar que las campañas políticas y los procesos electorales ocupen gran parte del año".

Asimismo, la iniciativa prevé otra modificación para que los gastos totales autorizados por agrupación política para la campaña de las PASO no superen nunca el 50% del límite para las elecciones generales y, en el caso de alianzas que presenten lista única, el tope será del 25% (y ya no del 50% como rige actualmente).