Por Silvia Giacoppo*

La llegada del coronavirus nos ha obligado a adaptarnos. Ha modificado nuestra vida cotidiana en sus más mínimos gestos, la forma en que nos comunicamos, los espacios en los que habitamos, nuestro diario devenir parece caminar hacia una tediosa y "normal" anormalidad.

En todos los ámbitos hemos visto alteradas nuestras rutinas de funcionamiento, pero sin embargo no hemos dejado de hacer lo que debemos hacer para darle continuidad a nuestra vida.

Trabajamos, nos alimentamos, sociabilizamos, cuidamos y nos relacionarnos con nuestros afectos. Para eso hemos adaptado los modos en que hacemos las cosas, trabajamos desde el hogar, vamos al supermercado con barbijo, tenemos procedimientos de regreso nuestra casa con medidas de higiene que eviten el ingreso del virus, festejamos cumpleaños por Zoom, vemos dar los primeros pasos de nuestros nietos por la web.

La vigencia del estado derecho requiere del funcionamiento de sus tres poderes y sin duda alguna, el servicio de justicia es un servicio esencial en la vida institucional de un país, como lo es, en la vida de las personas.

El Poder Ejecutivo y el Legislativo han encontrado las vías y los mecanismos para mantenerse en funcionamiento. Resulta por lo menos llamativo que a tantos días del comienzo de la cuarentena no se haya encontrado una forma que permita poner en funcionamiento a la Justicia, de un modo más cercano a la normalidad en todo el país. El Poder Judicial es vital en el actual estado de excepción que vivimos y necesitamos que, de manera urgente, el ejercicio de sus funciones y atribuciones, se desarrollen en plenitud.

Desde abajo hacia arriba parece emerger una luz de esperanza. La Corte Suprema de Justicia de la Nación que había prorrogado la feria judicial extraordinaria por la pandemia hasta el próximo 7 de junio, fecha similar a la dispuesta por el gobierno nacional, en las últimas horas ha decidido flexibilizar esa feria a pedido de Cámaras Federales en algunas jurisdicciones como Corrientes, Tucumán, Comodoro Rivadavia, Mendoza y Córdoba, garantizando la prestación del servicio de justicia.

En tiempos de emergencia y de gran incertidumbre, no podemos permitir que avance en la ciudadanía una sensación generalizada de "parálisis judicial". En este contexto el Poder Judicial debe emerger más fuerte que nunca, caminando firmemente hacia procesos de modernización, como la gestión digital de casos, con sistemas de turnos para la visita a sus dependencias, con protocolos presenciales y con audiencias por videoconferencia, entre otras cuestiones, que le permitan caminar hacia un funcionamiento pleno.

En el Consejo de la Magistratura estamos trabajando, como consejeros, en la adecuación y modificación de todos los soportes tecnológicos para que los juicios avancen. Los anuncios políticos parecen poner el tema de la justicia en el corazón de Congreso. Se anuncian proyectos de reforma judicial, se presentan otros que amplían la cantidad de miembros de la corte, el Senado debe tratar la postulación como Procurador General de la Nación del juez federal Daniel Rafecas.

Como puede verse, los temas que conciernen a cuestiones de la justicia ocupan una parte central de la agenda de nuestro país. Desde los lugares que me toca ocupar haré los aportes necesarios para que el poder judicial se mantenga en movimiento. Porque, la justicia no está en cuarentena.

(*) - Senadora nacional de Juntos por el Cambio y consejera en el Consejo de la Magistratura.