El 27 de septiembre de 1930, un grupo de actores políticos anarquistas, socialistas y comunistas decidieron fundar la CGT (Confederación General del Trabajo) con el objetivo de representar a miles de trabajadores en un foro común para defender sus derechos y condiciones de trabajo.

Su intención era que el trabajo fuera humanizante y permitiera el crecimiento de las personas para terminar con la explotación laboral, que a pesar de que con modelo agroexportador con el cual la economía del país crecía, existían faltas de garantías individuales, era totalmente deshumanizado, humillante y no garantizaba un futuro para los trabajadores, tras una vida entera dedicada a su labor.

Su creación fue poco antes del derrocamiento de los militares al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, y en aquel entonces su primer secretario general fue Luis Cerrutti y, según un primer padrón de la época, la CGT representaba a casi 130 mil trabajadores.

Comenzó a funcionar como central obrera tiempo después y en reiteradas ocasiones, por diferencia de ideales se partió en dos y hasta en tres sindicatos distintos.

Hoy por hoy, la Confederación cuenta con más de 2 millones y medio de afiliados, 30 mil delegados y no tiene un líder político establecido. Es gobernada por una especie de triunvirato conformado por Héctor Daer, quien es el presidente, Carlos Acuña, Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez, de distintos sindicatos.