Felipe Solá, un peronista que supo adaptarse al juego en distintos equipos y funciones, ocupará ahora la cabeza del Palacio San Martín, desde donde saldrá al mundo para representar a la diplomacia argentina.

Camaleónico, el próximo canciller fue secretario de Agricultura con Carlos Menem en los ´90, asumió como gobernador bonaerense alineado a Eduardo Duhalde para completar el mandato interrumpido de Carlos Ruckauf y luego revalidó el cargo en 2003 con el apoyo de Néstor Kirchner, con quien tuvo una relación de idas y vueltas.

En 2007, tras concluir su mandato de gobernador, asumió una banca de diputado nacional por el Frente para la Victoria, pero en 2008 se separó del kirchnerismo por sus diferencias en el abordaje de la crisis del campo.

Allí dio un salto a las filas de Unión PRO, la alianza de centro derecha que lideraban Mauricio Macri y Francisco De Narváez, y en el Congreso jugó abiertamente en lo que se conoció como el "Grupo A", un frente parlamentario de oposición dura al kirchnerismo.

BUENOS AIRES, NA

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