El Gobierno reafirma su intención de expropiar Vicentin, y evalúa el planteo de su dueño como "inaceptable"
La "solución por el sector privado" y la "alternativa superadora" no duraron ni 12 horas. Importantes fuentes del Gobierno le confirmaron a NA que avanzarán con el proyecto de ley para expropiar Vicentin.
Por Lucio Di Matteo
Este gobierno peronista parece haber aprendido algunos modales de la gestión que encabezó Mauricio Macri. En esencia, mostrar apertura al diálogo y recibir a los “enemigos”, pero luego avanzar con sus convicciones. El caso de Vicentin parece ser emblemático en tal sentido. Ayer a la tarde, el presidente recibió al dueño de la empresa, Sergio Nardelli, quien dijo que “la solución es por el sector privado”, y también al gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que hizo circular la idea de una “alternativa superadora”. Mientras que hoy a la mañana le contestó con la Unidad de Información Financiera (UIF), que acusó de lavado de dinero -ante el fiscal Gerardo Pollicita- a los dueños de la empresa y a Mauricio Macri.
“La mirada de Alberto (Fernández), tanto desde su profesión de abogado como en su cargo de presidente, es que el único camino es la estatización de Vicentín”, le afirmaron -con palabras calcadas- dos fuentes del Gobierno a NA. Además recordaron que alrededor del 35% de la deuda de la empresa -superior a $ 100.000 millones- es con el Estado Nacional, tanto a través del Banco de la Nación Argentina, como en deudas impositivas con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Para que no queden dudas, una de esas fuentes reafirma que “la propuesta que esbozó Vicentin anoche, en Olivos, fue considerada inaceptable por el presidente. Más que propuesta fue un planteo preliminar, pero con eso alcanzó para rechazarlo”. Agregó que “la puerta de diálogo está abierta, pero la intervención ya comenzó a gestionar la empresa”.
En el caso Vicentin no hay duros ni blandos, halcones o palomas. Una empresa que pidió dólares prestado cuando los generaba con exportaciones, se llevó $ 18.000 millones del Banco Nación -que ya sufría falta de liquidez- y sólo pagó la primera cuota, financió con la campaña presidencial de Cambiemos, y es acusada de evadir retenciones, tiene pocos argumentos para defenderse.
“Recibimos a Nardelli por corrección política, pero en realidad es un ex empresario. Además, vino a Olivos sabiendo que lo recibíamos si el subinterventor entraba en funciones, lo que finalmente ocurrió”, le contó a NA un asistente al cónclave de ayer. Basta leer el Informe Técnico que difundió el Gobierno junto al decreto de intervención, para darse cuenta que esa es la línea a seguir
Empresa testigo, un empresario y un intendente apuntados
De acuerdo al citado informe, Vicentín facturó más de u$s 4.200 millones el año pasado, y abarca más del 21% de la molienda de soja y girasol. Es la empresa más importante de Santa Fe, y le da al Estado Nacional -si se hiciera cargo de la misma- intervención sobre dos mercados que considera clave: el alimentario y el cambiario.
Las propuestas que llevó Nardelli al Gobierno fueron consideradas una burla para una empresa que se endeudó mientras crecía su facturación en dólares, lo que se considera una maniobra típica de fuga de capitales. “Primero vino a ofrecernos una parte de la empresa, con la condición de seguir manejándola él. Después propuso alquilarle su puerto de Rosario a YPF. Y cuando ya se dio cuenta que no le alcanzaba, el intendente de Avellaneda -Dionisio Scarpin- armó una “pueblada” de 300 personas en una ciudad de 90.000”, confesó uno de los miembros del gobierno más enojado con Vicentin. Un dato curioso: responde a uno de los ministros considerados más moderados y dialoguistas.
La pregunta que cada fuente del Gobierno repite es la siguiente. “¿Si el Estado Nacional tiene 35% de la deuda, y capitaliza exactamente esa cantidad, le vamos a dejar el manejo de la empresa a Nardelli?”. Por supuesto que el interrogante es retórico y la respuesta negativa.
Los próximos pasos son previsibles. La oposición intentará hacer del caso una “Resolución 125 Bis”. Pero ni el contexto ni la acción puntual son iguales. Aquello fue un aumento impositivo en un contexto de prosperidad y puja distributiva; esto el “rescate” (hasta algunos sectores del campo compran ese concepto) de una empresa que está al borde de la quiebra, algo que nadie se anima a discutir.