Por Sebastián Hadida

En el "día de las Militancias", como rebautizó el relato oficial al aniversario del retorno de Juan Domingo Perón tras un exilio europeo de 18 años, el oficialismo puso todo la carne al asador con el anuncio del envío de la ley de interrupción del embarazo y con el tratamiento del proyecto que crea un "aporte solidario" o "impuesto a las riquezas", según cuál sea el lente con que se mire.

La ley de Máximo Kirchner para prohibir el cambio de actividad económica en tierras arrasadas por incendios completa el combo.

Para que la fiesta sea completa, necesitará asegurarse los votos que le faltan para llegar a 129 y así poder, bien entrada la madrugada, alzarse con la media sanción del "aporte solidario" que retendrá por única vez un porcentaje de los patrimonios de las personas más ricas del país, con fortunas declaradas por encima de los 200 millones de pesos.

Una suerte de "robinhoodización" de los recursos en medio de una de las crisis más colosales de la que se tenga memoria a nivel global por la irrupción de la pandemia de coronavirus.

En el oficialismo, en realidad, la discusión terminó de saldarse días atrás cuando el jefe del bloque de diputados, Máximo Kirchner impuso su criterio y logró alinear detrás suyo y del proyecto redactado por la pluma de Carlos Heller a toda la tropa de legisladores, inclusive aquellos que eran reacios a regalarle a la oposición la oportunidad de hacer tiro al blanco con críticas en torno al supuesto mensaje "anti mercado" y "anti inversiones" del impuesto a las riquezas.

A partir de ello, se allanó el camino y la hoja de ruta pasó por garantizar los votos de legisladores de bloques opositores que por momentos operan como aliados.

La llave la tienen los diputados del interbloque Federal y de Unidad Federal para el Desarrollo.

Del interbloque Federal, el oficialismo se aseguró los votos de 10 de los 11 diputados, con la única excepción de Graciela Camaño, que comunicó su decisión durante su intervención en la sesión especial.

Para Camaño, al igual que para Juntos por el Cambio se trata de un "impuesto" que se superpondría con la misma base imponible que ya fija el tributo de Bienes Personales, por lo que genera "inseguridad jurídica", "pérdida de confianza" y desaliento de inversiones.

También sorprendió el voto de la monobloquista neuquina Alma Sapag, habitual aliada del oficialismo, que adelantó su voto negativo y lo justificó diciendo que "este impuesto va a traer más costos políticos y sociales que beneficios económicos".

"¿Qué prosperidad o atractivo pueden ver los inversores en un país cuando la "creatividad impositiva" está a la orden del día?", se preguntó.

Los dos diputados de la izquierda, Nicolás del Caño y romina del Plá ya había anticipado hace días que iba a abstenerse en la votación, con lo cual allí al oficialismo se le escapan dos votos.

De todos modos, aún con esta panorama, los 117 votos propios sumados a los diez del interbloque Federal y los seis del interbloque Unidad Federal para el Desarrollo que conduce José Luis Ramón alcanzarían para obtener la media sanción.