Por Emiliano Rodríguez

Son básicamente tres los grandes temas que marcan el pulso de la agenda política en la Argentina por estos días y que demandan la mayor atención de parte del Gobierno: la pandemia de coronavirus, la negociación de la deuda externa y la disparada del dólar paralelo.

En ese trío de asuntos, cada uno con su propia dosis de relevancia, la administración que encabeza Alberto Fernández concentra sus energías, en momentos en los que comenzaron a encenderse luces de alerta en la batalla que libra el país para contener el avance de la enfermedad Covid-19, debido al aumento de contagios y de fallecidos.

Al mismo tiempo, el fantasma de un nuevo default -una historia repetida para la Argentina- acecha mientras el Gobierno busca llegar a un acuerdo con acreedores extranjeros antes de la nueva fecha límite del 22 de mayo próximo y en el frente doméstico, el dólar "blue" alcanzó otro récord, de 138 pesos, por lo que la brecha con el billete mayorista se extendió a más del 100 por ciento: 103,7%, precisamente.

Fernández expresó su preocupación en los últimos días por esta situación en torno de la cotización de la moneda estadounidense en el mercado paralelo, de igual modo que subrayó la voluntad de la Argentina para cerrar un trato por la deuda externa y anunció la creación de un test de diagnóstico rápido desarrollado por científicos nacionales que permitirá multiplicar los controles en medio de la pandemia de coronavirus.

Claramente el jefe de Estado se mantiene enfocado en estos tres asuntos que también concentran la atención de distintos sectores de la población.

Mientras tanto, el kirchnerismo, ya sea dentro como fuera del Gobierno, parece más abocado por estos días a desarrollar una agenda propia, en la que conviven asuntos de interés general con inquietudes u objetivos particulares, relacionados posiblemente con una hoja de ruta que Cristina Fernández de Kirchner planea llevar adelante en su rol de Vicepresidenta y principal artífice del regreso del peronismo al Poder.

Atando cabos sueltos, en este sentido, por qué habría de llamar la atención que un integrante de la agrupación kirchnerista Justicia Legítima designado al frente de la Oficina Anticorrupción (OA) como Félix Crous disponga la renuncia de ese organismo como querellante en dos causas por demás sensibles para Cristina y su familia, como Hotesur y Los Sauces.

¿Por qué? Si la propia Cristina y representantes de su tropa venían cuestionando a la Justicia, incluyendo a la Corte Suprema, y el oficialismo insiste en la necesidad de avanzar con una reforma del Poder Judicial.

No es nueva la animosidad hacia la Justicia de parte de la ex Presidenta, que asumió el 10 de diciembre pasado como número dos del Poder Ejecutivo Nacional con una decena de causas judiciales en su contra por presunta corrupción, incluyendo expedientes con pedido de prisión preventiva de la que estaba exenta por sus fueros parlamentarios.

Era senadora en ese momento y aún se recuerdan frases de su acalorada declaración de diciembre pasado, ya como Vicepresidenta electa, ante el Tribunal Oral Federal N° 2 en la causa por supuesto fraude en la obra pública: "A mí me absolvió la historia. Y a ustedes seguramente los va a condenar la historia. ¿Preguntas? Preguntas tienen que contestar ustedes, no yo", enfatizó.

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La Corte Suprema, en la mira

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En las investigaciones de las que se abrió como "parte acusadora" la OA están involucrados sus hijos, el diputado nacional por el Frente de Todos (FdT) Máximo Kirchner y la cineasta Florencia Kirchner, que regresó hace dos meses de Cuba después de haberse sometido allí a un prolongado tratamiento médico.

En ámbitos judiciales se especula con la posibilidad de que también la Unidad de Información Financiera (UIF), comandada por el abogado Carlos Cruz, cercano al presidente Fernández, desista de ser querellante en causas contra Cristina, mientras la oposición considera que existe una campaña del kirchnerismo para desprestigiar el trabajo de jueces y fiscales en esos expedientes.

En el marco de la reforma judicial que impulsa el oficialismo se habla incluso de la posibilidad de ampliar la Corte Suprema de sus cinco miembros actuales a siete e incluso nueve, mientras el Gobierno plantea enviar a la brevedad el proyecto al Congreso para su tratamiento, después del debut de las sesiones remotas el miércoles pasado.

En esa jornada tan particular e histórica en el Parlamento, Máximo Kirchner le envió un tiro por elevación a Horacio Rodríguez Larreta y al macrismo en general, al sostener que el jefe de Gobierno porteño puede "contar" con el oficialismo para "aguantar" supuestas presiones para flexibilizar la cuarentena.

El jefe del bloque de diputados del FdT también cuestionó a dirigentes de la oposición que reclaman "abrir la economía", en momentos en los que Rodríguez Larreta es mirado de reojo dentro de Juntos por el Cambio debido a su cercanía con el Gobierno nacional.

En medio de la pandemia de Covid-19, el alcalde porteño, que subrayó en las últimas horas que no recibe "presiones de nadie", en respuesta a Máximo Kirchner, desarrolla un estrecho trabajo conjunto con la Nación y la provincia de Buenos Aires, en donde intendentes de Conurbano alzaron su voz de protesta por la apertura de comercios en la Capital Federal.

Los jefes comunales disgustados por esta situación, en momentos en los que aumentan los contagios de coronavirus en la Ciudad y se encienden las alarmas especialmente en las zonas más vulnerables y en los geriátricos, le expresaron su malestar al gobernador Axel Kicillof, quien a su vez se comunicó con Rodríguez Larreta, con el que charla a menudo por estos días.

Así las cosas, con una cuarentena más estricta en barrios del Conurbano con relación a la Capital Federal, el Gobierno porteño aseguró que dará marcha atrás con las recientes medidas de flexibilización que tomó si la curva de contagios se mantiene significativamente en alza y/o si la población no procede con la responsabilidad que el contexto de emergencia sanitaria demanda, según dijeron a NA voceros de Rodríguez Larreta.

La situación se evaluará entre el lunes y el martes de la semana próxima. Las mismas fuentes, descartaron tensiones entre el jefe comunal de la Ciudad y Kicillof.