Por Sebastián Hadida.

La decisión de no reconocer el quórum virtual y la promesa de que recurrirá a la Justicia para impugnar la sesión que se celebró en la noche del martes en la Cámara de Diputados en medio de un escándalo de proporciones, fue una declaración de guerra por parte de Juntos por el Cambio hacia el oficialismo y abre una signo de pregunta acerca de si será posible recomponer las relaciones políticas que permitan en el corto plazo recobrar un funcionamiento normal del cuerpo.

Lo sucedido con la rebelión de la principal bancada opositora, que con sus 116 legisladores representa nada menos que el 45% de la Cámara, sienta un atípico y peligroso precedente que amenaza con repetirse en cada convocatoria a sesión virtual que haga en adelante el presidente de Diputados, Sergio Massa, en el marco de la continuidad de la pandemia.

"Esperamos que no hagan lo mismo. La convivencia va a ser difícil", anticipó en diálogo con NA el diputado nacional del Frente de Todos Leonardo Grosso.

Con el protocolo de sesiones remotas vencido como punta de lanza para dar la discusión, Juntos por el Cambio hizo primero una demostración de fuerza al trasladar a 94 integrantes al recinto en una reedición de la "travesía por la democracia", contraindicando las órdenes médicas, y luego quiso imponer su propia interpretación sobre el reglamento pese a que el resto de los bloques ya le había bajado el pulgar a la presencialidad.

Sin fumata blanca después de casi ocho horas de reunión de Labor Parlamentaria, la orden fue que los diputados hicieran incendiarios descargos en una sesión que ellos consideraban de "expresiones en minoría" por desconocer el quórum virtual.

Fue entonces que se recreó una situación surrealista y esquizofrénica de dos sesiones en simultáneo: una oficial con la mayoría de los legisladores conectados vía telemática y otra paralela con diputados en el recinto.

Con golpes de puño en las bancas a modo de protesta, acusaciones al por mayor de "golpe institucional" y disturbios en la puerta del Congreso con manifestantes afines, Juntos por el Cambio tensionó al máximo la relación con Massa y el Frente de Todos, alterándose cualquier marco de convivencia.

¿Es una situación de no retorno? Pasado el fragor de la batalla y con el olor a pólvora todavía flotando en el ambiente, tanto desde el Frente de Todos como desde Juntos por el Cambio dieron señales que apuntan a una desescalada del conflicto, pero no será fácil ni rápido ya que desde ambos sectores no quieren resignar sus condiciones para la firma de la tregua.

El presidente del interbloque opositor, Mario Negri, le sugirió a Massa que de el primer paso con un llamado al diálogo, y se mostró abierto a recomponer la relación que en estas horas quedó rota, al señalar en Twitter que no desea "entrar a un tobogán en el que en el país haya dos Parlamentos".

Por su parte, Massa ya había adelantado que iba a seguir convocando a los sectores, pero dejando en claro que no iba a ceder a planteos que implicaran "detener el funcionamiento del Congreso y de la democracia".

Mientras que no haya acuerdo y siga vigente el protocolo, el titular de la Cámara baja podría prescindir de Juntos por el Cambio y convocar a sesiones virtuales, prolongándose el conflicto. .

Si eso sucede, Juntos por el Cambio podría volver a movilizar a su tropa al Congreso en cada convocatoria al recinto virtual e instalar otra vez la lógica de la lucha en el barro antes y durante la sesión.

"Apostamos a que alguna vez reflexionen, a que dejen de poner palos en la rueda y colaboren. La Argentina que ellos dejaron ya era un paciente de riesgo cuando llegó el coronavirus, así que lo mínimos que pedimos es responsabilidad", señaló Grosso.

Para el diputado del Movimiento Evita, el "espectáculo" que dio Juntos por el Cambio en el recinto "fue una vergüenza" y "una falta de respeto a la gente que no quiere ver cómo nos peleamos entre dirigentes sino que les resolvamos los problemas".

Grosso denunció que "hay un intento deliberado de Cambiemos de trabar el funcionamiento del Congreso" para que no avancen leyes que "a ellos no les gusta" como la reforma judicial y el aporte extraordinario a las grandes fortunas.

"Si no no se explica que en medio del pico de contagios quieran juntar 257 personas en un recinto. Durante cinco meses funcionamos de manera virtual, con Cambiemos de acuerdo, y no pasó nada. Tuvimos siete sesiones, 135 reuniones de comisión virtuales, mil presentaciones de proyectos, y otras tantas de declaraciones y resoluciones", repasó.

Según afirmó, actúan como oposición bloquista, tratan y están decididos a actuar de esa forma para que al Gobierno de Alberto Fernández le vaya lo más mal posible".