Luego de que se anunciara la modalidad en que se llevará a cabo la temporada de verano en los destinos turísticos bonaerenses, el Gobierno avanza en capacitaciones sobre protocolos y medidas de sanidad y aguarda los resultados de la prueba piloto en Bariloche para poder definir en las próximas semanas una posible réplica a todo el país, aunque lejos de cómo fueron las vacaciones en años anteriores.

El próximo verano definitivamente no será ni por asomo parecido al de años anteriores: la crisis económica y la pandemia de coronavirus impedirán que playas, sierras y montañas tengan la tradicional afluencia turística de cada destino.

Tras el lanzamiento de la temporada estival bonaerense, el resto de las provincias avanza en el mismo sentido: muchos controles, estrictos protocolos y refuerzo de los sistemas sanitarios para evitar desbordes en caso de rebrotes.

Según indicaron fuentes oficiales a NA, la parte previa a cualquier anuncio es "un fuerte trabajo de capacitación" para todos los sectores involucrados con el mundo del turismo.

En ese marco, el Gobierno lanzó un ciclo de capacitaciones: el pasado lunes comenzaron las charlas y conferencias destinadas a establecimientos gastronómicos y alojamientos y luego será el turno de prestadores, agencias de viajes, turismo de reuniones, balnearios y organismos locales de turismo.

Al igual que en la Provincia de Buenos Aires, se espera que haya un protocolo sanitario que establezca la prohibición de utilizar espacios cerrados, los aire acondicionados centrales, los espacios comunes, según supo NA.

Incluso, el clásico desayuno continental podría verse afectado: si el hotel no puede realizarlo en un lugar abierto, cada turista comenzará el día comiendo en su habitación.

De todos modos, las fuentes consultadas aclararon que "falta definir mucho todavía" sobre los detalles a implementar y también señalaron que cada destino turístico tendrá una situación particular, tanto por las características propias como por el contexto epidemiológico que presente en el verano: algunos de los puntos principales a precisar serán si se permitirá el turismo interno a nivel nacional, si los viajantes deberán contar con hisopados, hacer cuarentena o contar con un seguro médico obligatorio.

Otro aspecto que tendrán en cuenta las provincias será fortalecer el control de los lugares habilitados, así como también prevenir que se realicen actividades ilegales, como fiestas clandestinas.

Asimismo, el Gobierno también aguardará los resultados de la prueba piloto que se lleva adelante en la ciudad rionegrina de Bariloche, uno de los puntos de mayor atracción en la Patagonia.

Lo cierto es se espera que los costos del turismo interno crezcan, no sólo por cuestiones de inflación, sino también por el impacto que tendrá la aplicación de los protocolos: el factor económico también será otro condicionante para los argentinos que piensen descansar tras un 2020 por demás complicado.

Las sierras de Villa Carlos Paz, la tranquilidad de Colón, los majestuosos saltos de las Cataratas de Iguazú, las montañas de la Cordillera patagónica, la belleza de los pueblos de la Quebrada de Humahuaca: así como cada provincia tiene sus paisajes, también tendrá su particularidad a la hora de reactivar el turismo el próximo verano.