Por Eduardo Sigal (*)

El voto argentino con respecto al Informe sobre Venezuela de Michelle Bachelet en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha producido un importante y constructivo debate hacia el interior del Frente de Todos y el gobierno de Alberto Fernández, que a algunos nos gusta más y a otros, menos.

Está bien que en una coalición de gobierno existan distintas opiniones y se debata con altura. Los únicos que pueden saldarla son Alberto y Cristina que encabezaron una fórmula que ganó las elecciones en 2019.

El informe Bachelet fue aprobado por 22 votos a favor, 22 abstenciones y tres votos en contra. Entre los primeros estuvo el de Argentina y entre las abstenciones el de México.

Pocos se atreven a cuestionar la seriedad del informe. Lo que planteo y apelo a la reflexión, es la conveniencia del voto afirmativo para resolver positivamente el diagnóstico que hace.

Creo que un voto similar al mexicano hubiera permitido mancomunar esfuerzos no solo para hacer un diagnóstico sino para encaminar un diálogo con el gobierno del presidente Nicolás Maduro y encontrar soluciones, que es en definitiva a lo que se debe aspirar, sin intervenciones en los asuntos internos de Venezuela.

Por la afirmativa votaron los países que en la Región, impulsados por la administración de Donald Trump en 2017, crearon el Grupo de Lima como parte de una estrategia por hacer estallar UNASUR, aislar a Venezuela, acompañar al autoproclamado presidente Juan Guaidó y crear las condiciones para desestabilizar al gobierno de Maduro. Y si bloqueando al país no se lograba el objetivo, permitir que grupos mercenarios invadieran si lograban una cabecera de playa, para obtener un rápido reconocimiento internacional.

Era lógico que la administración de Mauricio Macri lo haya integrado. Lo que cuesta entender es qué sigue haciendo allí la Argentina por estos días. No dudo de la convicción del gobierno de Alberto Fernández, que integramos desde mi fuerza política, el partido Frente Grande, en la defensa de la autodeterminación y la no injerencia en asuntos internos de otros países. Pero para lograrlo hay que expresarlo en todos los foros donde participamos y hacer las alianzas necesarias para garantizarlo, por eso insisto que es importante tener un eje común con México.

(*) - Vicepresidente del partido Frente Grande y especialista en asuntos internacionales relacionados con América Latina.