Por Sixto Rodríguez

Un evento cultural que pocos recuerdan y costó US$ 5,2 millones al cabo de tres años; un funcionario que lo promovió, autorizó los pagos e hizo crecer su empresa privada, para luego renunciar; dólares contantes y sonantes girados a Suiza, considerado paraíso fiscal por la Unión Europea hasta octubre del año pasado. Es difícil ponerle un nombre atractivo a esta historia, pero tiene básicamente dos responsables: Diego Radivoy, ex funcionario, y la compañía helvética MCH Swiss Exhibition.

A medida que se desentrañan los datos de esta historia, la misma se vuelve más interesante. Porque la contratación de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) justamente se dio cuando Suiza aún era considerada paraíso fiscal por la Unión Europea; pero también luego de la intempestiva renuncia presentada por Diego Radivoy al cargo de director general de Desarrollo Cultural y Creativo del distrito gobernado por Horacio Rodríguez Larreta.

El tema generó interés entre legisladores de la oposición, que están elaborando un pedido de informes. Además, las críticas internas dentro del Gobierno de la Ciudad, que por ahora públicamente van por "despegarse" de Radivoy, son fuertes. También el tema podría ser tomado por la Auditoría General de la Ciudad, el órgano de control externo del poder ejecutivo local.

La historia comenzó en 2017, que a esta altura puede ser considerado una época de "plata dulce": el dólar estaba debajo de los 20 pesos, todavía el mercado de capitales le prestaba a la Argentina, aún no se había acudido al Fondo Monetario Internacional (FMI), y en definitivo fue el único año de la Era Macri donde el Producto Bruto Interno (PBI) registró crecimiento, aunque un modesto 2,7%.

En ese 2017, cuando además Cambiemos (hoy Juntos por el Cambio) ganó las elecciones legislativas, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se decidió contratar el servicio de "Art Basel Cities", una iniciativa que le permite a la empresa helvética MCH Swiss Exhibition facturar con el mismo formato en ciudades de todo el planeta. Así fue como la capital de la República Argentina, con la firma del entonces subsecretario de Desarrollo Económico, Pablo Giampieri, contrató ese servicio. En total se pagaron dos millones de dólares, en una cuota de u$s 1,5 millón y otra de US$ 500.000.

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Art Basel, el evento que se llevó US$ 5,2 millones de las arcas porteñas y fue pagado por un funcionario que hizo crecer su productora

El pago de u$s 3,3 millones, incluyendo un año por adelantado, realizado a Art Basel Cities.

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Art Basel, el evento que se llevó US$ 5,2 millones de las arcas porteñas y fue pagado por un funcionario que hizo crecer su productora

Por ese dinero, la contraprestación recibida por CABA fue un evento que duró del 2 al 5 de noviembre. Según la propia organización de Art Basel, en Basavilbaso 1233, "barrio porteño de Retiro, se reunieron miembros destacados del mundo del arte de Buenos Aires y de todo el mundo para compartir su experiencia y explorar ideas que ayudarán a definir la iniciativa en los años venideros. Lo que allí se vio es una serie de diálogos, workshops magistrales, sesiones de mentoría, performances y sesiones de música a cargo de 60 profesionales locales y 40 referentes internacionales".

Tanto lujo, sofisticación y arte, pagados con el dinero de todos los porteños, tuvieron su cierre con una megafiesta organizada en el Palacio Piccaluga por el empresario Diego Finkelstein, dueño de la productora DF Entertainment y amigo personal del director de Desarrollo Cultural de la Ciudad, Diego Radivoy. Por supuesto, esa fiesta fue pagada también con las arcas públicas.

Sigue la fiesta, crece el negocio particular

Apenas comenzado el 2018, cuando los mercados financieros se cerraron para la Argentina, hubo que recurrir al FMI para tener dólares frescos en las arcas del Banco Central. El resto de la historia es conocido: ampliación del préstamo hasta tomar US$ 44.000 millones, default elegantemente llamado reperfilamiento, profundización del default y finalmente renegociación de la deuda pública.

Sin embargo, en ese contexto, la experiencia poco masiva (elitista suena a juicio de valor), que se llevaba dólares en lugar de generarlos para el país, y con una administración que se encaminaba al déficit fiscal, volvió a llevarse adelante. Como si la "Reina del Plata" fuera la capital de un próspero país europeo, Art Basel Cities tuvo su edición 2018.

Esta vez, a diferencia del inicial 2017, los suizos se esmeraron para que por lo menos pareciera que la Argentina salía ganando del intercambio. MCH Swiss Exhibition le propuso al Ministerio de Cultura porteño un programa de dos años a cambio de "la membresía de Art Basel que incluye experiencia, la capacidad, y los contactos de Art Basel para combinar eventos culturales con una campaña de difusión internacional para Buenos Aires. Así como la oferta de actividades y asesoramiento que permitirán el intercambio de conocimiento y la creación de oportunidades de intercambio cultural". En definitiva, ¿qué auditor podría comprobar si ello finalmente iba a producirse?

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Art Basel, el evento que se llevó US$ 5,2 millones de las arcas porteñas y fue pagado por un funcionario que hizo crecer su productora

A la derecha Enrique Avogadro, ministro de Cultu

A la derecha Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño.

El "speach" publicitario propuesto por MCH fue exitoso. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió pagarle dos años por adelantado. Antes de la devaluación luego de las elecciones primarias, la mayor recesión y el reperfilamiento, con el empuje de Diego Radivoy, los suizos recibieron de una vez US$ 3,3 millones.

El 2018 fue, también, el año que Diego Radivoy, como director de Desarrollo Cultural y Creativo de la ciudad, fuera una especie de líder del proyecto. La chequera para Art Basel Cities la tenía él, pues estaba a cargo de la unidad ejecutora del proyecto, aunque bajo la tutela del entonces y ahora ministro de Cultura, Enrique Avogadro. Fue un gran año para Radivoy en todo sentido, también en su actividad privada. Entre el 13 de agosto y el 16 de septiembre, su productora RADICAL ARS PRODUCTION participó de "Gettin´ The Band Back Togheter", un musical realizado en Broadway, Nueva York.

En medio de todo ese proceso, el 4 de septiembre del 2018, la Ciudad de Buenos Aires giró el pago adelantado de los dos años: US$ 3.300.000 dólares. Justo cuando Radivoy vivía su crecimiento como productor privado de eventos, un rol en el que por lo menos tenía conflicto de interés con su cargo público.

Un contrato que sigue y acusaciones cruzadas

Como era esperable, porque además había sido firmado, autorizado y pagado, Art Basel Cities tuvo su versión porteña en 2019. La capital de Argentina siguió siendo tierra de oportunidades y generadora de dólares para los suizas de MCH. Las actividades propuestas para el año electoral por los suizos fueron clases magistrales de arte, viajes de inmersión cultural para coleccionistas y profesionales del arte, eventos públicos, programa de arte público, recorrido de un espacio verde en bicicleta, entre otro. Según el cristal con que se mire, mucho o poco servicio para tanto dinero.

Por esas alquimias del destino, una parte de "Art Basel Cities: Buenos Aires 2019" se realizó una ciudad de otro país, Miami, entre el 3 y el 8 de diciembre. Con todo el mundo pendiente del recambio presidencial, los suizos alegaron que "Art Basel Cities llevó Buenos Aires a Miami Beach con una exposición al aire libre en Collins Park, durante la muestra Art Basel. "Disruptions" presentó seis obras de arte a gran escala de una variedad de artistas argentinos intergeneracionales que comparten un interés en la interactividad y los problemas ambientales".

Muchos de los galeristas más reconocidos del país criticaron lo que consideran un despilfarro sospechoso de dinero. "Los únicos que se vieron beneficiados de todo esto fueron los suizos", apuntó uno de ellos. "Art Basel Cities Buenos Aires fue un fracaso. Participaron solamente los amigos de las personas que manejan arteBA y funcionarios del gobierno de la Ciudad", apuntó otro.

Luego de eso, Radivoy se fue de la dirección de Desarrollo Cultural alegando que vio cosas que no le gustaron. Desde el ministerio de Cultura, del cual él formaba parte, lo acusan de haber sido el principal impulsor del gasto de dinero -nunca fue una inversión- en Art Basel Cities. Parece que las acusaciones mutuas recién comienzan. Sin embargo, la responsabilidad de todo parece apuntar sólo en la dirección de Radivoy.