Por Bruno Costanzo

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, consideró hoy que "hay una recuperación posible en la Argentina en función de las políticas públicas" que encare el Estado, en tanto que apuntó que esa salida es "por el lado del trabajo y del mercado interno".

Mientras cumple la cuarentena por precaución tras haber estado en contacto estrecho con Martín Insaurralde, el funcionario del gobierno de Alberto Fernández subrayó ante NA: "Estoy muy bien.

Nunca tuve ningún síntoma ni nada. Me hicieron el hisopado y dio negativo, pero sigo haciendo el aislamiento. No sé si serán 14 días o hasta que me realicen un segundo hisopado. Cumplo con lo que diga el protocolo del Ministerio de Salud".

"Corriendo el tema del COVID, hoy dos de los problemas centrales del país son el costo de los alimentos y el endeudamiento de las familias. Tenemos que fomentar que el productor se vincule con el consumidor y abaratar los costos", indicó.

A continuación, los principales pasajes de la entrevista.

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NA - ¿Cómo trabaja en estos días?

DA - Estoy haciendo miles de reuniones por Zoom. Ya veníamos haciendo muchas, pero obviamente no estoy yendo a los barrios. Estoy muy bien. Nunca tuve ningún síntoma ni nada. Me hicieron el hisopado y dio negativo, pero sigo haciendo el aislamiento. No sé si serán 14 días o hasta que me realicen un segundo hisopado. Cumplo con lo que diga el protocolo del Ministerio de Salud .

- ¿Cómo funciona la asistencia alimentaria?

- Hoy hay 11 millones de personas que reciben asistencia alimentaria. Antes de la pandemia ya eran 8 millones. A las personas que ya estaban se les agregaron las de dos realidades más: los que hacía changas que muy eventualmente, algún viernes, iba al comedor, y los que nosotros llamamos "trabajadores informales integrados": el mozo, el remisero, el que hace el durlock, a quienes el ingreso les cayó a cero y hoy necesitan asistencia alimentaria. A todos ellos llegamos de distintas maneras: compramos y entregamos alimentos; transferimos fondos a provincias y municipios ($1.500 millones en 30 días) solo para comprar alimentos y artículos de higiene; repartimos a través de la Tarjeta Alimentar que cubre a 1.5 millones de familias; transferimos fondos a 5.000 comedores para que compren alimentos. Todo eso son 11 millones de personas.

- ¿Ya está en marcha el nuevo sistema de compras que se activó tras los sobreprecios?

- Cambiamos el método de compra centralizada de alimentos por un sistema que es a precios máximos, que los fija la secretaría de Comercio, de modo tal que cuando compra el Estado no hay más debate de precios. Además, no solo se convoca a algunos, sino que a través de una plataforma que se llama ComprAR donde participan casi mil empresas pequeñas, medianas y grandes.

- Algunos empresarios del sector aseguran que venderle al Estado es muy complicado porque tarda mucho en pagar y deja a los pequeños empresarios sin capital...

- Eso históricamente ha sido así. Ahora, por la emergencia, con un sistema de compras que es Covid, permite pagar y cobrar en 45 días.

- En las provincias que ya están liberadas, ¿está evolucionando el trabajo?

- Hay poco movimiento porque el mundo entero sigue en una pandemia, pero vemos que la rueda está empezando a funcionar. En La Rioja, por ejemplo, que fuimos a lanzar el plan Potenciar. Pero lo tenemos claro: la reconstrucción, el camino de salida, viene por formar el sector informal de la economía en la construcción, la producción de alimentos, la actividad textil, la economía del cuidado (las personas que cuidan personas). Para esas actividades, ya armamos un sistema por el cual la persona que tiene un plan social, si la contrata alguien del sector público o del sector privado, sigue con el plan social y quien lo contrata tiene que completarle al menos hasta el salario mínimo. En cada una de las provincias y municipios creamos una unidad de gestión donde se estructuras locales y nacionales definen qué proyectos se financian. También hay créditos a tasas bajas para máquinas y herramientas para el plomero, el gasista y ese tipo de trabajadores. Y además creamos el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular que en esencia les permite a esos trabajadores tener factura, producir y vender con distintas categorías de monotributo sin tener que realizar ningún pago.

- ¿Cómo se sale de la crisis y se recupera el empleo?

- Creo claramente que hay una recuperación posible en la Argentina en función de las políticas públicas que encaremos. Me imagino a las políticas sociales un trípode: la generación de trabajo; el acceso a los servicios básicos -y acá está todo el tema de la urbanización de los 4.000 barrios populares, villas y asentamientos; y un ingreso AUH, al estilo el Ingreso Universal Ciudadano. Es tiempo de construir otras ideas y de construir otro país y el Estado tiene que tener un rol dinamizador de la actividad económica, porque los problemas que tiene la Argentina son parte de la solución: tenemos falta de infraestructura, de servicios básicos, de cuidado, que nos da una chance real de objetivos para ponernos en marcha.