Por Francisco "Paco" Durañona (*)

Junto con la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), y como titular del Movimiento Arraigo, presenté en la Legislatura bonaerense dos proyectos de ley trabajados en conjunto para abordar las problemáticas habitacionales, productivas y de acceso a los alimentos a un precio justo en el territorio provincial.

Estas iniciativas buscan promover las prácticas agroecológicas, garantizar el acceso a la tierra para las familias productoras y organizar colonias que aseguren una mejor distribución de los alimentos en los distritos de la provincia de Buenos Aires, principalmente en el interior.

El proyecto de Ley de Arraigo Bonaerense impulsa la creación de un Fideicomiso con participación del Ejecutivo Provincial, el Banco Provincia de Buenos Aires y cualquier otra entidad financiera, con el fin de ofrecer un programa de créditos hipotecarios para que pequeños y medianos productores, agricultores familiares, cooperativas u organizaciones con probada experiencia en producir alimentos, puedan acceder a la titularidad de la tierra, construir sus viviendas y desplegar la necesaria infraestructura mínima que se requiere (agua, electricidad, conectividad, biodigestores, etcétera).

Partimos de la base de utilizar para ello la enorme cantidad de tierra fiscal en manos de la Nación, las Provincias y los Municipios, existente y a ser creada, para que sea aprovechada en resolver la problemática habitacional y productiva de miles de familias con experiencia y tradición en trabajar la tierra y agregarle valor a la producción primaria.

Estamos convencidos de que el problema estructural más grave de la Argentina es el desarraigo y el modelo de hiper-concentración que se ha ido consolidando como consecuencia de ello con el correr de las décadas: de la población, de la tierra en manos de unos pocos, de la producción de alimentos en manos de grandes monopolios, del transporte, la conectividad, el acceso a estudios universitarios, vivienda urbana.

Por ello, resulta imprescindible generar condiciones favorables para la radicación y permanencia de las comunidades en sus territorios a partir del acceso igualitario a todos los derechos relativos al hábitat, los ingresos y la calidad de vida, así como su desarrollo humano integral, bienestar social y económico.

La propuesta incluye que quienes sean beneficiarios de este crédito estarán exentos del impuesto inmobiliario hasta que paguen la totalidad de la hipoteca.

Sobre este proyecto de arraigo, desde la UTT comentaron que "más del 90% de las familias agrícolas bonaerenses no tiene tierra propia y la mayoría de los pueblos del interior provincial importan alimentos frescos. Necesitamos multiplicar las Colonias Agroecológicas para dar vida digna a la ruralidad y producir más soberanía alimentaria".

Fomentar este modelo productivo, al tiempo que cuida el medio ambiente, también mejora nuestra salud y calidad de alimentación.

Para eso, queremos crear un registro de productores agroecológicos, así como visibilizar y potenciar el circuito de comercio con pauta oficial.

También establecer un Código de Faltas para resolver conflictos con los productores linderos que usen agrotóxicos y que los organismos públicos y empresas con participación en la provincia de Buenos Aires prioricen la compra a productores agroecológicos.

Además, la agroecología estimula el desarrollo de otras prácticas de economía social, solidarias y comunitarias. También promueve una mejor alimentación, más amplia y variada, tendiendo a la soberanía alimentaria que, como hemos visto, es una cuestión trascendental para nuestro desarrollo.

La agroecología implica otro uso del suelo y reconoce el protagonismo de quienes trabajan la tierra.

En un mundo que demanda energía y alimentos, Argentina tiene condiciones naturales, sociales y humanas óptimas para cumplir un rol estratégico internacional en el Siglo XXI tras la pandemia.

Pero al mismo tiempo para garantizar el desarrollo equitativo de nuestro pueblo. ¿Producimos alimentos par 400 millones de personas? Falso. Producimos alimentos para el consumo animal que ni siquiera están en nuestro territorio. Producimos alimentos primarios para alimentar animales de otros países.

Esa es la razón por la cual tenemos a 6 de cada 10 jóvenes con problemas de pobreza y alimentación. No habrá programa social ni subsidio que pueda resolver de manera estructural esta problemática.

Al contrario, de no tomar la decisión de darle un sentido a la Argentina de estos tiempos, continuaremos cargando la mochila de fracasos históricos.

El horizonte que observamos es el de promover Arraigo, produciendo alimentos sanos y saludables en cada territorio, generando empleo y nuevos Mercados Regionales concentradores, garantizando acceso pleno a cada una de las 2.300 comunidades que tenemos en todo el país, desde políticas de lactancia y Parto Respetado hasta metas de recuperación ferroviaria, creación de nuevas universidades en cada región adaptadas a su potencial productivo, conectividad, espacios públicos y verdes, educación pública desde los 45 días de nacidos los niños y las niñas en cada localidad rural, agua y cloacas, acceso justo al hábitat urbano y rural.

En definitiva, un nuevo federalismo, donde las decisiones e inversión pública de los Gobiernos estén definitivamente orientadas a este propósito, que permitirá una mejor organización y aprovechamiento de nuestras riquezas y diversidad naturales, culturales y climáticas.

Humildemente, desde Movimiento Arraigo, nos permitimos proponer como incentivo para convocar a un gran acuerdo nacional, el de definir un nuevo modelo de organización jurídica, política y territorial, que retome la senda de quienes decidieron crear nuestra Nación a partir de una integración territorial y federal como punto de partida de un país con equidad, inclusión y justicia, en el más amplio de sus sentidos.

(*) Senador bonaerense del Frente de Todos; ex intendente de San Antonio de Areco.