Por Antonio D'Eramo

Las fotos distendidas con su pareja, modelo de profesión, en los atardeceres de Pinamar y sus viajes a Miami sin dar explicaciones en el Consejo Deliberante de Escobar, pueden que sea una rémora de la fugaz "belle epoque" protagonizada por el Grupo Sushi a comienzos del siglo cuando Ariel Sujarchuk compartía la gastronomía japonesa con los amigos de Antonio De La Rúa.

La trayectoria de este comunicador, que como Diego Valenzuela de Tres de Febrero o Fernando Gray de Esteban Echeverría, trabajaron en importantes medios de comunicación, se cimentó desde el otro lado del mostrador del periodista de investigación o del cronista de actualidad.

La consultora Choice logró acreditarlo como un gestor de crisis. Tuvo actuación en la comunicación por la voladura de la AMIA asesorando a la fiscalía; debió lidiar con el escándalo de las valijas de cocaína de la desaparecida línea aérea Southern Winds, una especie de low cost de años pasados, y ya instalado en la UBA entre críticas y cruces por el dinero utilizado para hacer debates públicos de los candidatos a jefe de gobierno porteño, tuvo que deslindar las responsabilidades de la facultad de Derecho, cuando un estudiante murió al caer por el hueco de un ascensor.

La gestión de todos estos escándalos le posibilitó ordenar una transición muy complicada entre el antecesor del actual rector de la UBA, Alberto Barbieri, quien ya va por su segundo período, apalancado en su momento por su gestión en la facultad de Ciencias Económicas de la cual Julio De Vido fue un importante "mecenas" y sostenida en sociedad con el ex decano que lo reemplazo en Económicas , el dirigente radical, histórico referente de Franja Morada y administrador de fondos millonarios de la UBA desde los tiempos de Oscar Shuberoff, José Luis Giusti, que actualmente paso a trabajar con el Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta.

Cuando Rubén Hallú decidió no postularse para un nuevo período dejo expedito el camino al rectorado de Alberto Barbieri que, a juzgar por su extensa carrera política en los claustros de la UBA, pretendería emular a Oscar Shuberoff que estuvo 17 años conduciendo la universidad más importante del país.

Como responsable del área de Relaciones Institucionales de la UBA, Ariel Sujarchuk, supo negociar con la gente de De Vido, de Franja Morada de Giusti y de Barbieri, para que Hallú se retirara y en su lugar apareció la candidatura testimonial de Federico Schuster, ex decano de ciencias sociales y consejero que en 2013 fue sustentado por agrupaciones de izquierda y por consejeros que respondían al peronista Jaime Sorín, ex decano de Arquitectura y padre del famoso ex futbolista y capitán del seleccionado Juan Pablo.

De más está decir que la "rosca" de la que participó el actual intendente de Escobar, surtió efecto entre reuniones, lobistas, dirigentes trajeados y valijas con documentos. Barbieri consiguió una transición ordenada a pesar de los disturbios que los cronistas registraban en la puerta del rectorado en 2013. Dentro del edificio todo era cordialidad y falsas sonrisas afuera se manifestaba el descontento de las agrupaciones estudiantiles.

EL PROTECTORADO PATAGÓNICO

Como subsecretario del ministerio de Desarrollo Social de Alicia Kirchner logró trabajar en el conurbano bonaerense con la agrupación apadrinada por la hermana del ex presidente Néstor Kirchner, Kolina. Cuando Mauricio Macri accedió al poder arribó a la intendencia de Escobar con apoyo de un partido vecinalista y de las agrupaciones kirchneristas. Escobar se transformó en un lugar de resistencia para los dirigentes k con buena relación con María Eugenia Vidal, pero pésima con Macri.

Debió sortear denuncias por corrupción por construcciones ilegales en humedales de las que fue sobreseído no sin grandes escándalos en el Concejo Deliberante y un editorial del diario La Nación que lo calificó como "un intendente escandaloso" el 9 de agosto de 2017 por alentar jugosos y cuestionables negocios con bienes que son de la comunidad.

Si bien atraviesa su segundo período y no debería aspirar a la reelección por la veda impuesta por la ley sancionada durante el gobierno de Vidal, que prohíbe más de dos mandatos al frente de una intendencia, no estaría dispuesto a sumarse al operativo clamor para rever esa norma y, de manera frontal, apoya la designación de Máximo Kirchner al frente del PJ provincial. Sujarchuk no reclamará un nuevo período de gestión comunal, alineándose con los deseos de la cúpula de La Campora que quiere terminar con los llamados "Barones del conurbano".

Sujarchuk tiene un récord registrado por los periodistas de investigación Mariel Fitz Patrick y Nicolás Pizzi que, para el portal Infobae, contabilizaron el haber del intendente de Escobar y concluyeron que posee el patrimonio más alto de todos los jefes comunales del empobrecido conurbano bonaerense. Al menos de los que presentaron los documentos. Porque al solicitar el patrimonio de muchos intendentes siempre aparecen lagunas, olvidos. Información que debería ser pública en el portal de cada intendencia debe rastrearse como si se intentaran descifrar papeles clasificados del Pentágono.

En blanco, Sujarchuk posee más de 16 millones de pesos. Elegido en diciembre de 2015 y reelecto en 2019 para conducir Escobar viene presentando sus declaraciones juradas desde los tiempos de funcionario en la UBA. Invierte poco en el municipio y el dato más llamativo es la adquisición de ocho propiedades desde 2009 en la Ciudad de Buenos Aires. Sumo a su patrimonio casi un departamento por año desde esa fecha.

En Escobar invirtió en otro bien inmueble no exento de polémicas en torno a su valuación fiscal. En 2016 adquirió un terreno de 5.600 metros cuadrados en el barrio cerrado Loma Verde cuya valuación fiscal es de 6,3 millones de pesos. Según ARBA, en su declaración se informa que la propiedad tiene sólo 81 metros a lo que Sujarchuk respondió que el error se debió a un mal tipeo del documento. "La casa tiene 500 metros cubiertos y el resto es galería y quinchos", afirmó públicamente.

La recaudación es uno de los pilares sobre las que construyó su gestión al frente de Escobar sin embargo, las altas tasas municipales que les cobra a sus vecinos, le causó más de un dolor de cabeza por las constantes manifestaciones en contra de las fuertes subas en los impuestos a la pauperizada clase media.

La pandemia de coronavirus le vino como anillo al dedo para frenar las protestas. La última se realizó el 13 de marzo de 2020, una semana antes que el Presidente decretara la cuarentena obligatoria, cuyo primer tramo fue la más exigente de todas. En esa ocasión se registró indignación y bronca. Los vecinos de Escobar reclamaron por el incremento de las tasas municipales cercanas al 60% y firmaron un petitorio de siete puntos donde reclamaron por el despilfarro de recursos en otras áreas del gobierno municipal.