El recién estrenado documental sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman volvió a exponer los puntos oscuros de la investigación del atentado a la AMIA, con el testimonio de dos ex agentes del FBI y la CIA que pusieron en duda las pruebas sobre la participación del gobierno de Irán en el crimen perpetrado en 1994.

La serie documental de Netflix reavivó la controversia en torno a la muerte del titular de la Unidad Fiscal AMIA, ocurrida en enero de 2015, tras denunciar a la entonces presidenta Cristina Kirchner por presunto intento de encubrimiento del atentado a la AMIA, pero también puso la lupa sobre la investigación del atentado contra la mutual judía.

En este sentido, en el final del documental se destacan los testimonios de Ross Newland, delegado de la CIA en Buenos Aires entre 1997 y 2001, James Bernazzani, agente especial del FBI para el caso AMIA entre 1997 y 1998, además de una aclaración hecha por el propio buró de investigación estadounidense, que contrastan con las explicaciones que dio el espía Jaime Stiuso tanto en el juicio como en la película filmada en 2017.