La AFIP analiza investigar a contribuyentes que buscan cambiar su domicilio fiscal al Uruguay, para eludir la presión fiscal argentina, y alertó sobre los riesgos de la doble tributación, informaron fuentes del organismo.

De esa manera, se investigará si el cambio de domicilio fiscal es real o parte de una estrategia para pagar menos impuestos.

El gobierno uruguayo redujo a 60 días el plazo de permanencia para obtener la residencia fiscal en ese país y prometió una baja de impuestos para favorecer las inversiones y alentar la llegada de capitales.

En el organismo especulan con que los dueños de grandes fortunas seguirán ese camino para evitar el anunciado impuesto a las grandes riquezas.

Fuentes del gobierno uruguayo revelaron en diarios de ese país que la AFIP comenzó a pedir información, en el marco del acuerdo de cooperación impositiva, sobre ciudadanos argentinos que realizan el trámite para cambiar el domicilio fiscal.

Voceros de la AFIP citados por La Nación señalaron que se continuará controlando a quienes inicien los trámites y que seguirá bien cada caso para asegurarse de que sea una modificación genuina y no un intento de evasión impositiva.

También afirmaron que se investiga si los cambios cumplen con la ley argentina y si se respetan las normas para obtener o perder la residencia fiscal argentina, porque obtener la uruguaya no necesariamente implica que se pierda automáticamente la local.

Los principales especialistas tributarios también advierten que la posibilidad de incurrir en una doble residencia fiscal no es solo un argumento disuasivo de la AFIP.

Las fuentes recuerdan que se debe tener una propiedad, cumplir con un período de residencia y vivir en el otro país, para cumplir con las exigencias de la ley argentina.

La AFIP en febrero pasado anunció que estaba investigando a contribuyentes que cambiaron la residencia fiscal durante 2019, cuando los pedidos comenzaron a incrementarse de dos a 20 casos mensuales.