Aviones no tripulados fueron derribados por el sistema de defensa aérea en la región rusa de Belgorod, fronteriza con Ucrania, informó este martes el gobernador de la región, Vyacheslav Gladkov.

Según datos preliminares, no hay víctimas y se están esclareciendo las consecuencias sobre el terreno, informó el gobernador en una publicación de Telegram, sin revelar si los drones fueron lanzados por Ucrania.

Los distritos de Grayvoron y Borisov, en la región de Belgorod, sufrieron ataques de aviones no tripulados que causaron daños a varios edificios residenciales privados, añadió.

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Región limítrofe con Járkov

La región de Belgorod, ubicada junto a Járkov, en Ucrania, fue recientemente un punto de hostilidades.

Un "grupo de sabotaje y reconocimiento" de las fuerzas armadas ucranianas irrumpió el lunes en la región de Belgorod, según el lado ruso.

Kiev, sin embargo, puntualizó que dos grupos paramilitares rusos estaban tras la operación en dicha región.

La región de Belgorod estuvo bajo un régimen de operaciones antiterroristas, desde el lunes, con medidas especiales y restricciones temporales para garantizar la seguridad. 

Incursión transfronteriza "aplastada"

El ejército ruso informó este martes que había derrotado a los militantes que habían atacado una región fronteriza rusa con vehículos blindados el día anterior, matando a más de 70 "nacionalistas ucranianos" y empujando al resto de regreso a Ucrania.

En lo que pareció ser una de las mayores incursiones desde Ucrania desde que comenzó la guerra hace 15 meses, dos supuestos grupos armados anti-Kremlin que emplean a rusos en el extranjero aseguraron que eran responsables del ataque en la región rusa de Belgorod.

El Ministerio de Defensa de Moscú, que culpó a las autoridades ucranianas por el ataque, puntualizó que sus fuerzas rodearon a los combatientes enemigos y los derrotaron con "ataques aéreos, fuego de artillería y acción activa de unidades fronterizas".

Murieron más de 70 combatientes ucranianos y se destruyeron cuatro vehículos blindados y cinco camionetas, de acuerdo con ese reporte.

"Los restos de los nacionalistas fueron empujados de regreso al territorio ucraniano, donde continuaron siendo alcanzados por disparos hasta que fueron eliminados por completo", agregó; aunque la agencia de noticias Reuters aclaró que no pudo verificar las afirmaciones.

Uno de los dos grupos, el Cuerpo de Voluntarios Rusos (RVC), pareció confirmar en las redes sociales que sus fuerzas se habían retirado anotando: "Un día vendremos para quedarnos".

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La voz de Kiev

Kiev había aclarado que estaba observando la situación pero que "no tiene nada que ver con eso", como lo hizo en marzo cuando uno de los grupos, que según Moscú estaba formado por extremistas rusos de extrema derecha dirigidos por la inteligencia ucraniana, realizó una incursión en otra región fronteriza.

El expresidente Dmitry Medvedev, ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, fue citado por la agencia de noticias RIA de Rusia diciendo que la negación de Kiev era "mentiras" y que los atacantes merecían ser exterminados "como ratas".

Dos grupos anti Kremlin reclamaron responsabilidad

Vyacheslav Gladkov, gobernador de la región de Belgorod, había comentado anteriormente que el ejército y otras fuerzas de seguridad todavía  estaban realizando una "operación antiterrorista" e instó a los residentes que habían sido evacuados a no regresar todavía.

Informó que una anciana había muerto mientras era evacuada y que tres personas estaban siendo tratadas por diversas lesiones, pero que ningún civil había fallecido.

Los dos grupos que se atribuyeron la responsabilidad de la incursión son la RVC y la Legión de la Libertad de Rusia, una milicia rusa con sede en Ucrania dirigida por el opositor ruso Ilya Ponomarev, quien afirma que está trabajando dentro de Rusia para derrocar a Putin.

El RVC , que se atribuyó la responsabilidad de la incursión de marzo, fue fundado en agosto pasado por el nacionalista ruso residente en Ucrania Denis Kapustin, y anunció el 17 de mayo que uniría fuerzas con la Legión.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, expresó que Rusia estaba llevando a cabo su "operación militar especial" en Ucrania en parte para  garantizar que tales incidentes no pudieran repetirse: "Esto confirma una vez más que los militantes ucranianos continúan con sus actividades contra nuestro país. Esto requiere un gran esfuerzo de nuestra parte, y estos esfuerzos continúan".

Cuando se le preguntó sobre los informes de que los atacantes eran rusos étnicos en lugar de ucranianos étnicos, dijo: "Son combatientes ucranianos de Ucrania. Hay muchos rusos étnicos que viven en Ucrania. Pero siguen siendo militantes ucranianos".

Los investigadores rusos dijeron que habían abierto un caso de terrorismo. Dijeron que los asaltantes habían bombardeado edificios  residenciales y administrativos e infraestructura civil antes de ser expulsados.