La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) aumentó sus tasas de referencia en un cuarto de punto porcentual.

Además, anticipó que prevé nuevos incrementos luego de esta octava alza consecutiva, ante una inflación que se modera en el país gobernado por Joe Biden pero que, consideran, "sigue alta".

Las tasas alcanzaron ahora un rango de 4,50-4,75 %.

"Los indicadores recientes muestran un crecimiento moderado de los gastos y de la producción", indicó el Comité de Política Monetaria de la FED.

Sostuvo que los indicadores recientes "apuntan a un crecimiento moderado del gasto y la producción. La creación de puestos de trabajo ha sido sólida en los últimos meses y la tasa de desempleo se ha mantenido baja. La inflación ha disminuido un poco, pero sigue siendo alta".

Señalaron a la guerra Rusia-Ucrania como uno de los motivos de la situación.

La Reserva Federal volvió a subir las tasas

El objetivo de la política "restrictiva", apuntaron, es "lograr el máximo empleo y una inflación del 2 por ciento a largo plazo".

Detallaron que para determinar el alcance de los subidas futuras contemplarán el endurecimiento acumulado de la política monetaria, el tiempo que tarda en verse el impacto de dicha política en la economía y la inflación, y la evolución económica y financiera.

"Si bien los desarrollos recientes son alentadores, necesitaremos mucha más evidencia para estar seguros de que la inflación se mantiene a la baja", dijo Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal.

Sostuvo que el foco "no es en movimientos de corto plazo, sino en cambios sostenidos de las condiciones financieras".

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Las restricciones habían sido inauguradas en marzo, con un primer incremento en 25 puntos a unas tasas cercanas a cero, para recuperar la economía después de la pandemia del coronavirus.

En medio de la invasión rusa de Ucrania, la Reserva Federal subió la tasa en 50 puntos en mayo. Más tarde aplicó aumentos de 75 puntos cuatro veces consecutivas.

Así, tras llegar a un récord en cuarenta años de 9,1% en junio pasado, la inflación anual de Estados Unidos comenzó a moderarse y en diciembre pasado fue del 6,5%, tras su sexta baja consecutiva, un dato que según los analistas es señal de que las subidas de tipos están comenzando a hacer efecto en la economía nacional.