El árbitro agredido en el torneo de fútbol amateur en Avellaneda, Ariel Paniagua, reveló que habló personalmente con el agresor que le dio dos patadas en la cabeza y que le aseguró que lo hizo "por calentura".

"Me siento adolorido todavía, ido. Fue una patada muy brutal y no me esperaba esa agresión de su parte. El jugador que expulsé me tiró un cabezazo y yo me fui para atrás para esquivarlo, sin sacarle los ojos de encima porque supuse que él iba a seguir con su reacción", comenzó a relatar el árbitro golpeado, Ariel Paniagua.

Y agregó que no recuerda mucho sobre lo sucedido por el duro golpe que recibió: "Y el 10, cuando lo tengo a dos pasos, me hizo caer y me metió dos patadas en la cabeza. De ahí ya no recuerdo nada hasta que estoy en el hospital. Me llevó una ambulancia".

"Ojalá que tome conciencia de esto la gente que organiza estos torneos. No me esperaba algo así, jamás pensé que me iba a pasar en todos los años que estuve dirigiendo. Miro el video y me da mucha impotencia que algo así haya ocurrido. No puedo creer que haya este tipo de reacciones", expresó.

Por su parte, el agresor, llamado Williams Alexander Tapón, también habló ante los medios y justificó su accionar por un "mal arbitraje" de Paniagua que le generó "calentura".

"El árbitro, ni bien comenzó el partido, no cobró ninguna de las patadas que le dieron a algunos compañeros míos. Yo le decía 'juez, cobrala, estás a dos metros' pero me decía que no la veía. Hacíamos una mal nosotros y nos amonestaban. Ya estaba enojado y le pegué sin darme cuenta, nublado por el enfado", dijo.

"Hoy hablé con él y le pedí disculpas. Hoy lo veo todo distinto y, en ese momento, no, estaba cegado. Ahora me di cuenta de lo que hice", señaló. No obstante, el árbitro le respondió que eso no justificó lo que hizo porque lo podría haber matado.

Qué pasó con Ariel Paniagua

Paniagua fue agredido brutalmente por Tapón, quien le dio una patada en la cabeza en un partido amateur de fútbol en Avellaneda, tras lo cual el árbitro estuvo internado.

La fatal agresión se dio cuando el juez le sacó la segunda tarjeta amarilla a un futbolista del equipo que vestía camiseta marrón y, por consecuencia, le mostró la tarjeta roja. Automáticamente, el expulsado empujó al árbitro, mientras un segundo futbolista le pegó una piña en la cara y lo tiró al piso. Ya con el árbitro en el suelo, le pegó una brutal patada en la nuca que lo dejó desmayado.