Xiomara Castro fue investida este jueves como la primera mujer presidenta de Honduras tras ser elegida en las urnas el pasado 28 de noviembre. La líder izquierdista empezó un mandato de cuatro años, en el que tendrá que encontrar solución a los grandes problemas que aquejan a su país la pobreza, la corrupción y el crimen organizado.

Castro asumió en un acto multitudinario en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, la capital del país. Tras doce años de gobiernos conservadores, la izquierda vuelve con la ex primera dama al mando.

Entre los invitados se destacaron la vicepresidenta argentina, Cristina Kirchner; la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris; el rey de España, Felipe VI; el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado; el primer ministro de Belice, Juan Antonio Briceño; y vicepresidentes y cancilleres de México, Cuba, República Dominicana, Nicaragua, Taiwan y Panamá. También fueron de la partida expresidentes como Dilma Roussef (Brasil), Evo Morales (Bolivia) y Fernando Lugo (Paraguay) 

“El Estado de Honduras ha sido hundido estos últimos doce años y lo recibo en bancarrota, el país debe saber qué hicieron con el dinero y donde están los 20 millones de dólares que sacaron en préstamos. Mi Gobierno no continuará la vorágine de saqueos que ha continuado a las generaciones de jóvenes la deuda que contrajeron a sus espaldas. Debemos arrancar de raíz la corrupción de los doce años de dictadura”, dijo Castro durante su primer discurso como mandataria desde la capital hondureña.

La nueva mandataria agregó que su Gobierno está comprometido “con nuestra propuesta del socialismo democrático, a sentar las bases de combate frontal a la corrupción, para que estos hechos que nos han avergonzado jamás vuelvan a repetirse”.

La mandataria afirmó además que la refundación del país centroamericano comienza por el restablecimiento del respeto al ser humano y se comprometió con “no más narcotráfico, ni crimen organizado”.

“No más escuadrones de la muerte, no más silencio ante los feminicidios, nos más sicariato, no más narcotráfico ni crimen organizado”, dijo.

Castro es la esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya, quien fue víctima de un golpe de Estado el 28 de junio de 2009. Sus opositores aseguran que fue derrocado por, entre otras, coquetear con Venezuela y Cuba y saltarse varias leyes de su país. 

En su discurso de este jueves, la ex primera dama no dudó en criticar a los gobiernos que surgieron tras la caída de Zelaya, asegurando que su nuevo gabinete hereda una “catástrofe económica” que “no tiene paralelo” en la historia de Honduras y que la deuda se multiplicó por siete bajo sus dos predecesores conservadores.

Durante los próximos cuatro años, Castro afrontará grandes retos como la pobreza, que toca a casi el 70 % de la población, la migración forzada y la corrupción, que llegó incluso a salpicar al presidente saliente, Juan Orlando Hernández.

Otro de los retos para Castro en este debut de carrera presidencial es la disputa que tiene con disidentes de su propio partido, quienes votaron la semana pasada por Jorge Cálix para la presidencia del Congreso, dejando de lado a Luis Redondo, el otro presidente propuesto por la mandataria.