El mandatario llegó el pasado miércoles a esa región del Himalaya, pero no fue hasta que se marchó este viernes que la prensa oficial china informó de la visita.

La sorpresiva gira pretende conmemorar el 70º aniversario del establecimiento de la región autónoma como parte de la República Popular.

Durante sus intervenciones, recogidas por la agencia oficial de noticias ‘Xinhua’, Xi llamó a Tíbet a seguir "el liderazgo del Partido [Comunista]".

"China se embarcó ahora en un nuevo viaje para la construcción integral de un país socialista moderno, el desarrollo de Tíbet también se encuentra en un nuevo punto de partida histórico", proclamó el líder.

Solo a través de la unidad nacional y "el socialismo con características chinas", añadió, podrá hacerse realidad "el sueño del gran rejuvenecimiento de la nación china".

También hizo hincapié en la necesidad de que el budismo tibetano "se adapte a la sociedad socialista".

Durante sus encuentros con funcionarios locales, les llamó a fortalecer la unidad nacional y la educación patriótica como mecanismos para contrarrestar el "separatismo".

El propósito es que la población tibetana "se identifique más con la gran patria, el pueblo chino, la cultura china, el Partido Comunista Chino y el socialismo con características chinas", enumeró.

China es acusada de suprimir las libertades religiosas y culturales en esta región remota, habitada por una mayoría budista.

El portavoz de la Administración Central Tibetana, el gobierno en el exilio radicado en Dharamsala, Tenzin Lekshay, aseguró que el énfasis en la estabilidad se traducirá en controles más estrictos.

"El gobierno chino ya dijo lo mismo en 2001, 2011 y ahora en 2021. ¿Pero de la estabilidad de quién estamos hablando aquí? Desde luego, no de la estabilidad del pueblo tibetano".

"Creemos que el pueblo tibetano está muy descontento con la línea dura impuesta por el Gobierno chino (...). No se han respetado las verdaderas aspiraciones del pueblo tibetano de preservar su cultura e identidad. Lhasa se ha convertido en un museo viviente, una atracción turística", continuó.

Beijing niega estas acusaciones y afirma que el Tíbet se ha desarrollado considerablemente bajo su gobierno.

Xinhua dio a conocer la agenda oficial que desplegó Xi Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, en el Tibet:

Comenzó con la ciudad de Nyingchi en la región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China, donde arribó el miércoles al Aeropuerto Mainling y fue recibido por la población local y funcionarios de varios grupos étnicos.

El mandatario se trasladó al puente del Río Nyang a fin de inspeccionar las labores de preservación ecológica en la cuenca del río Yarlung Zangbo y su afluente, el río Nyang.

El miércoles por la tarde, visitó un salón de planificación urbana local, una aldea y un parque en Nyingchi, inspeccionando la planificación del desarrollo municipal, la revitalización rural y los esfuerzos de construcción de parques en la orbe.

El jueves, Xi acudió a la estación ferroviaria de Nyingchi, se informó sobre el diseño del ferrocarril Sichuan-Tíbet y la operación del tramo de la línea férrea Lhasa-Nyingchi.

Abordó el tren a la capital regional, Lhasa, e inspeccionó la construcción a lo largo del viaje.

Esta línea ferroviaria de alta velocidad, recién estrenada, constituye uno de los grandes proyectos con los que el Gobierno pretende mejorar la comunicación de Tíbet con el resto del país, en este caso por medio de la vecina provincia de Sichuan.

El gran obstáculo es la geografía de la región: Lhasa, por ejemplo, se encuentra a 3.656 metros sobre el nivel del mar.

La altura también es el motivo que las autoridades chinas adujeron para vetar la entrada a Tíbet de la prensa extranjera.

El ferrocarril Lhasa-Nyingchi, que entró en operaciones oficialmente el mes pasado, es el primero electrificado del Tíbet.

Repasando la historia, la anexión del Tibet a China se produjo en 1950 y tras derrotar al bando nacionalista de Chiang Kai-shek, las huestes comunistas de Mao Zedong se abrieron camino hasta Tíbet, independiente desde 1912.

La República Popular incorporó el territorio ese mismo año por medio del ‘Acuerdo de Diecisiete Puntos’ alcanzado con el Dalai Lama, de aquella un joven de 15 años recién entronizado.

Este texto concedía la soberanía a China pero reservaba amplias cuotas de autonomía para Tíbet.