El recientemente nombrado presidente del Perú, Manuel Merino, tomó posesión de su gabinete ministerial y se comprometió a no realizar grandes cambios en el país durante el periodo transitorio en el que gobernará, hasta julio de 2021.

Su declaración ha sido interpretada como un intento de despejar el rechazo de la ciudadanía tras la destitución del expresidente Martín Vizcarra el pasado lunes mediante un juicio político, en el que varios congresistas opositores lo acusaron de estar implicado en una trama de corrupción.

La destitución de Vizcarra, quien contaba con un amplio respaldo popular, la designación de Merino como presidente interino, así como la del veterano conservador Ántero Flores-Aráoz como primer ministro, ha enervado los ánimos de buena parte de la población que los considera miembros de una clase política corrupta

Así lo detalla este viernes el sitio informativo del canal France 24, que consigna un llamado de Vizcarra a la protesta pacífica.

Un extenso informe cita que el Gobierno de Merino se compone con representantes del "aprismo", allegados a Alan García o a Pedro Pablo Kuczynski, quien tan solo gobernó durante dos años, entre 2016 y 2018.

Tanto García como Kuczynski han sido vinculados al escándalo de corrupción de Odebrecht, al igual que Ollanta Humala (2011-2016), en cuyo Gobierno se desempeñó Carlos Herrera como ministro de Energía y Minas, la misma cartera en la que juró este jueves.

Este jueves el exmandatario Martín Vizcarra se pronunció en contra del nuevo Gobierno.

Lo hizo antes de ingresar a la Fiscalía, a donde fue citado para declarar por las acusaciones de presunta corrupción por las que fue destituido y por las que aseguró que no abandonaría el país, ni se aislaría para evitar las investigaciones en su contra.

El depuesto mandatario calificó de "ilegítimo" al nuevo Ejecutivo.

"La legalidad está en cuestión y la legitimidad, que la da el pueblo, la estamos viendo en las calles. (...) Tenemos que hacer un llamado a la población para que se exprese pacíficamente", aseguró el exmandatario.

Vizcarra, cuyo Gobierno trabajaba en una reforma educativa que encontró múltiples obstáculos en el Congreso, aseguró que la estructuración del nuevo gabinete era como "volver a la política tradicional" y que la "reforma universitaria" y "la calidad educativa" estaban en "peligro".

Los comentarios de Vizcarra se producen mientras las protestas en contra de su abrupto derrocamiento se extienden en distintas partes del país.

Cientos de personas se han reunido en las calles durante días para protestar por la votación del Congreso mientras decenas de manifestantes han sido detenidos por la Policía.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional emitió un comunicado en el que acusaba a la Policía Nacional de Perú de un uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y periodistas y denunció que estos actos violan "las obligaciones de derechos humanos que el Perú ha contraído".

Por su parte, la Organización de Estados Americanos también expresó este miércoles su preocupación por la "nueva crisis política en Perú", e instó a la Corte Constitucional del país a intervenir.

La agitación política ha sacudido los mercados peruanos y ha procurado una caída del sol peruano a un 0,39%, la mayor devaluación de la moneda latinoamericana en 18 años.

Además, el revés político se produce cuando Perú, azotado por la pandemia, se prepara para su peor contracción económica en cien años.