Un inusitado despliegue militar y policial en Caracas enfrentó a bandas criminales: 26 muertos
El operativo duró 70 horas seguidas y fue el más importante realizado en Venezuela contra delincuentes armados hasta los dientes. Venían actuando en forma coordinada desde los barrios humildes con relativa impunidad.
El descomunal combate de 48 horas que libraron a fin de la semana pasada en Caracas, Venezuela, fuerzas oficiales y bandas criminales del sector denominado como Cota 905 dejó como saldo 22 pandilleros y 4 agentes de seguridad muertos, según confirmó el presidente Nicolás Maduro.
Según CNN, 28 personas están heridas y se encuentran actualmente recibiendo atención médica.
Durante el operativo, 14 personas fueron tomadas como rehenes y, posteriormente, se negoció su liberación.
La ministra del interior, Carmen Meléndez, afirmó que habían incautado un arsenal militar, con más de 20.000 cartuchos de diferente calibre y un lanzacohetes.
Participaron del operativo más de 3.000 efectivos de los distintos cuerpos de seguridad, entre policías y militares, quienes durante 70 horas trabajaron sin descanso en el intento de recuperar el control de un área de la capital venezolana, tras haber fracasado, el mes pasado, otro similar despliegue.
El operativo de seguridad estuvo trabajando toda la tarde del sábado, una vez aplacados los disturbios, mientras varios helicópteros sobrevolaban la ciudad arrojando panfletos con los rostros de los delincuentes.
"Hemos capturado a tres de los paramilitares colombianos", informó Delcy Rodríguez, vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela.
El Palacio Miraflores también culpa a la oposición de lo ocurrido, a lo que Juan Guaidó replica que los marginales hicieron uso del parque de armas para delinquir.
El periodista Román Camacho, que se especializa en noticias relacionadas con esos sucesos, afirmó que con lo ocurrido la semana pasada en la zona conocida como Cota 905, cuando antisociales se enfrentaron a las fuerzas de seguridad durante dos días, quedó evidenciado que las bandas delictivas están coordinadas.
Coordinación entre bandas
“Se demostró con el Koki (apodo de Carlos Luis Revette) que hay comunicación, porque cuando empezó a atacar a los cuerpos de seguridad, cuando salió a las calles, comenzó a decir en notas de voz y de mensajes que él estaba atacando para que la policía dejara de atacar a las bandas de Tejerías y Ocumare. Que cualquier cosa iba a encender Caracas”, expresó en una entrevista, según reseñó El Nacional.
Explicó que luego de que el régimen de Nicolás Maduro declarara la Cota 905 una "zona de paz", la banda liderada “Koki" se amplió hasta convertirse en una organización criminal enorme.
Desde 2015, comenzó a tomar el control de la zona, hizo alianzas con otros grupos delictivos y delató a otras bandas rivales.
A su facción se la conoce como la megabanda de la Cota 905, y está integrada por delincuentes de otras zonas de Caracas.
Junto a "Koki", actúan otros dos líderes importantes: Carlos Martínez, alias Vampi, y Garbis Ochoa Ruiz, alias Galvis.
El periodista aseguró las armas que fueron incautadas a los antisociales por la policía durante el operativo para neutralizarlos vienen del extranjero o pertenecían a funcionarios policiales que han sido asesinados.
Recordó que 2016 fue el año en el que más policías se asesinaron en Venezuela a manos de delincuentes. Otro tanto ocurrió con guardias nacionales. Los criminales se quedaron con fusiles AK-103, FAL, entre otros.
Pero Camacho destaca que las municiones incautadas son elaboradas por la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares, por lo que afirmó que pudiese haber alguien dentro de esta institución que está sustrayendo esas municiones y se las vende a las bandas.
Dijo que entre el armamento incautado en la Cota 905 había lanzamisiles desechables rusos.
Tiroteos
Desde 2020 se vienen registrando tiroteos que siembran terror en los habitantes de la Cota 905 y amenazan con malograr la integridad física de los caraqueños.
Incluso el riesgo de muerte está latente ante las acciones de estas organizaciones delictivas que no encontraron en las fuerzas de seguridad venezolanas una barrera que dé fin a sus actuaciones.
Poco antes de que la pandemia del coronavirus llegara en marzo, ya “El Koki” azotaba la capital del país frente a la vista perpleja y, en muchos casos, cómplice de unos “cuerpos de defensa” incapaces de proteger a sus propios ciudadanos.
Control territorial
Los enfrentamientos criminales por el control del territorio caraqueño tienen años ocurriendo, sin embargo se han visto con mayor frecuencia durante estos últimos.
Fue en febrero de 2020 y en la Cota 905 que se registró un tiroteo que dio inicio a un sinfín de enfrentamientos entre delincuentes y policías que no ha parado desde entonces, dejando decenas de heridos y fallecidos, en muchos casos sin pertenecer a ninguno de los bandos.
El 26 de ese mes, a plena luz del día, se produjo una balacera entre las Fuerzas de Acciones Especiales del régimen de Maduro y estas organizaciones criminales en la principal arteria vial de Caracas: la autopista Francisco Fajardo.
En mayo y junio otros enfrentamientos se llevaron a cabo con el grupo armado de “El Koki” y los funcionarios de los organismos de “seguridad”, que hasta ahora han sido incapaces de imponer su fuerza defensora frente a estos ataques.
A los pocos meses, en agosto, Caracas fue testigo -nuevamente- de otra balacera protagonizada por la banda del “El Koki”, para mantener el control de ciertos sectores de la capital y no perder los privilegios de los que gozan al ser una “figura de respeto” entre los ciudadanos y el gobierno de Maduro.
En septiembre volvió el enfrentamiento entre funcionarios de diversos organismos de seguridad y delincuentes. En esta oportunidad fue la entrada de la Cota 905, en Caracas, el lugar en el que se inició el fuego.
Camacho informó que las bandas de alias “El Koki” y “El Vampi” dispararon a funcionarios de las Faes, de la PNB y del Cicpc con fusiles de asalto.
Vecinos de zonas como El Paraíso, La Vega, Montalbán, avenida Nueva Granada, avenida Victoria, San Martín y el centro en el más amplio término, viven en zozobra y escuchan con frecuencia fuertes detonaciones en estos lugares con armamento de alto calibre.