El Gobierno de Ucrania rechazó hoy un ultimátum ruso en el que ofreció un salvoconducto a los pobladores de la sitiada ciudad de Mariúpol en caso de que las fuerzas locales se rindan y depongan sus armas, al calificarlo como un "delirio". El ofrecimiento fue desestimado de plano por las autoridades ucranianas que no quisieron entregar a las fuerzas invasoras el estratégico puerto del sudeste del país.

La viceprimera ministra y jefa del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Ucrania, Iryna Vereshchuk, expresó, en declaraciones al diario en línea “Ukrayinska Pravda” que el ministerio de Defensa de la Federación Rusa envió una carta a Kiev de ocho páginas “que son un retroceso de la historia y un delirio”.

“Enviaron la misma carta a la ONU, al Comité Internacional de la Cruz Roja y esperaban que las organizaciones internacionales reaccionaran y comenzaran a presionar a Ucrania. Esto no sucederá. El CICR y la ONU entienden que es una manipulación de Rusia y que está tomando personas como rehenes", dijo la funcionaria. "No puede haber ninguna cuestión de rendición, deposición de las armas", agregó.

Los residentes de Mariúpol vienen soportando desde hace varios semanas intensos bombardeos rusos, se calcula que unas 300 mil personas se encuentran atrapadas en la urbe, donde se agotaban los suministros, mientras que no había electricidad ni agua corriente.

Los detalles de la propuesta rusa, según el sitio de la BBC, fueron presentados este domingo por el general Mikhail Mizintsev, quien dijo que Ucrania tenía hasta las 5, hora de Moscú (2 GMT) del lunes por la mañana para aceptar sus términos.

Según los planes del Kremlin, las tropas rusas habrían abierto corredores seguros fuera de Mariupol a partir de las 10 de Moscú (7 GMT), inicialmente para que las tropas ucranianas y los "mercenarios extranjeros" se desarmaran y abandonaran la ciudad.

Transcurridas dos horas, las fuerzas rusas iban a permitir que convoyes humanitarios con alimentos, medicinas y otros suministros ingresaran a la ciudad de manera segura, una vez que se completara el desminado de las carreteras.

Mizintsev admitió en Mariúpol se estaba produciendo una terrible catástrofe humanitaria, mientras advirtió que la rendición de la ciudad habría permitido a los civiles huir de forma segura hacia el este o el oeste.